Capítulo 4

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Antes de que consiga gritar una mano me tapa fuertemente la boca. Empieza a darle codazos a quien quiera que esté detrás para intentar zafarme de su amarre. Escucho cómo se queja a mis espaldas. De pronto me giran y me colocan de espaldas a la pared. Es ahí cuando lo veo. Eric me mira fijamente, con el rostro muy serio. Al ver que me relajo baja la presión de su mano hasta que finalmente me suelta y me hace un gesto para que guarde silencio. Me tiende la mano, al ver que no se la agarro, me mira con ojos de súplica. Finalmente la tomo y me conduce entre callejones oscuros hasta que se para en uno bastante transitado. Entonces me desplomo en el suelo y empiezo a temblar y a respirar con grandes bocanadas de aire. Eric se agacha a mi lado y me agarra suavemente la cabeza.

- ¿Estás herida? – Se le nota preocupado.

Soy incapaz de articular ninguna palabra, así que simplemente niego con la cabeza. De pronto Eric me abraza firmemente y ante este tierno contacto, empiezo a llorar. No sé cuánto tiempo estamos así, solo sé que ya no tengo más lágrimas que derramar y empiezo a sentirme terriblemente cansada.

- ¿Cómo... - Empiezo a decir con un hilo de voz

Como si me leyese la mente Eric contesta:

- Estaba a un par de calles más adelante que vosotros, cuando mi cabeza me avisaba de que había algo que estaba mal, así que me giré y te vi. Te vi arañarle la cara a ese tipo y salir corriendo y también vi cómo ese tipo, después de hacer una llamada, corría detrás de ti. Así que me escondí y te ayudé a despistarlo.

Sin decir nada, asiento con la cabeza. Poco a poco Eric me suelta y me tiende un pañuelo de papel para que me seque la cara.

- Gracias. Te he mojado un poco. – Digo señalándole su chaqueta.

Eric no me contesta simplemente se ríe con ternura, malinterpretando mis palabras, y me contagia su risa.

- ¿Quieres que te acompañe a casa? – Dice mientras me vuelve a tender la mano para ayudar a levantarme.

- Por favor. – Digo mientras me levanto.

Durante todo el camino Eric no me suelta la mano y está especialmente atento a todo lo que pasa a nuestro alrededor. Yo voy un poco más atrás, pensando en todo lo que me ha pasado desde que me separé de las chicas, ¿a qué se refería con entregarme? ¿Cómo sabía mi nombre? ¿Cómo sabía quién era y dónde encontrarme?

- Es aquí. – Le digo a Eric cuando pasamos por delante de mi portal.

Eric se para en seco y me suelta la mano. Me mira con una tierna sonrisa.

- Descansa. – Dice mientras me da un pequeño abrazo a modo de despedida.

- Gracias...por todo. – Digo antes de meterme en el portal.

Eric espera a que yo suba por las escaleras y entonces desaparece. Cuando abro la puerta me encuentro con el piso totalmente vacío, mi madre todavía no ha llegado. Hoy ella también ha aprovechado y ha quedado con una amiga que conoció en la panadería. Rápidamente cierro la puerta con llave y me dispongo a cerrar todas las ventanas de la casa con el seguro. Espero que Eric y yo hayamos despistado a aquel hombre. Subo hasta mi habitación y me tiro en la cama, mirando fijamente al techo. No puedo parar de pensar en aquel hombre, que lo único que me quedó en la mente son aquellos ojos ámbar tan brillantes. Recojo el libro que estoy leyendo de mi mesilla para distraer mi mente, pero no lo consigo. Mi cabeza se llena de preguntas, ¿cómo sabía que yo iba a pasar por allí? ¿A caso me vio en algún momento y estaba esperándome? ¿De verdad tenía que "derrotarme"?

Espectro luminoso [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora