Capítulo 9

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Al día siguiente me levanto decidida a exigirle respuestas a Eric. Por eso cuando bajo a la cocina apenas desayuno, me tomo un vaso de leche y un par de galletas y salgo casi corriendo por la puerta.

Cuando llego al instituto subo directamente a mi clase, Eric suele estar en su mesa cuando yo llego. Nada más entrar me encuentro con su sitio vacío. Dejo mi mochila encima de la mesa y mi instinto me dice que me asome a la ventana. Lo hago y rápidamente distingo su figura. Está apoyado en su moto negra, con los brazos cruzados.

Sin pensármelo dos veces recojo mi mochila y salgo de clase. Mientras bajo las escaleras vigilo en todas direcciones para no encontrarme con el profesor. Mi parte responsable me dice que de media vuelta y vaya a clase, pero mi otra parte es más fuerte y gana la curiosidad. Salgo del instituto y voy directa a la zona donde estaba Eric. Doblo la esquina del instituto y lo veo en la misma posición que tenía antes. Eric me ve y enarca las cejas, fingiendo sorpresa mientras me dedica una de sus sonrisas de medio lado.

- Señorita Vega, me sorprende. – Dice con sorna – Están a punto de empezar las clases y usted aquí, como una delincuente.

Me río al ver cómo finge que está escandalizado, con una mano en su pecho y mirándome con una amplia sonrisa.

- Sabes que tengo muchas preguntas y quiero respuestas. – Digo finalmente

- Guau, directa al grano. Pero tienes que saber que sólo contestaré a las que crea convenientes. – Me mira divertido pero en sus ojos también se puede ver que lo dice muy en serio – Entonces, ¿vamos? – Dice mientras se sube en la moto.

Eric me tiende el casco y me hace un gesto con la cabeza para que yo también me suba. Me pongo el casco, echo un último vistazo al instituto y nos marchamos con un rugido de su moto.

No sé a dónde nos está llevando Eric pero llevamos como veinte minutos dando vueltas con su moto. Me voy fijando en la carretera y todo lo que hay al rededor. El cielo promete un día soleado, está completamente azul y no hay ni una sola nube. La calle a medida que avanzamos se va llenando de gente por lo que deduzco que estamos yendo al centro de la ciudad.

- Oye, Eric – empiezo a decir al ver que no se detiene. – Tampoco hace falta salir...

Me detengo antes de terminar la frase al ver una figura inconfundible en la puerta de una cafetería. Me mira directamente con sus ojos amarillos, me dedica una sonrisa que me provoca un escalofrío por todo el cuerpo y entra en el local. Mi corazón empieza a latir aceleradamente y sigo con la vista fija en aquella cafetería, esperando a que ese hombre vuelva a salir, pero no lo hace. Intento relajarme y dirijo mi mirada al frente. Entonces lo vuelvo a ver, esta vez está parado en un paso de peatones esperando a que se abra el semáforo. ¿Cómo puede estar ahí? No he dejado de mirar la entrada de la cafetería y no ha salido nadie de allí. Él vuelve a mirarme y a dedicarme una de esas repugnantes sonrisas.

- ¿Eric? – Digo tratando de mantener la calma.

- Lo he visto.

Eric acelera y se mete hacia la izquierda por una carretera secundaria, supongo que intentando despistarlo. Seguimos la carretera a toda velocidad cuando nos lo volvemos a encontrar, esta vez al final de la calle. Eric, sin previo aviso, gira hacia la derecha metiéndose en una calle peatonal. Por suerte no hay mucha gente y logramos salir sin incidencias. Eric se incorpora nuevamente a la carretera principal. ¿Cómo es posible que se mueva tan rápido? ¿Es que hay más de uno? Esa es la única explicación lógica que encuentro, pero ¿todos idénticos?

Vuelve a girar bruscamente hacia la izquierda y vamos a parar a una pequeña urbanización. Eric aminora la velocidad. Lo hemos despistado, o eso creo porque no se le ve por ningún lado. Después de dar un par de vueltas por la urbanización volvemos a la carretera. Más tarde Eric cambia de carril para ir dirección al puerto. Entonces es cuando noto que algo no va bien. Miro hacia atrás y allí está él, justo detrás de nosotros conduciendo un todoterreno. No tengo que avisar a Eric porque él también lo nota y empieza a acelerar de nuevo. Pasamos sorteando entre los coches pero no conseguimos que nos pierda de vista. Necesitamos algo que lo despiste para así poder escapar. ¿Quizá podría lanzar un rayo o algo así? Miro mi mano que está fuertemente agarrada a la cintura de Eric, pero no pasa nada. No consigo crear luz o invocarla, no sé, no noto nada y no sé cómo se supone que tengo que hacerlo. Estoy concentrada en mi mano cuando percibo que Eric pierde el equilibrio de la rueda delantera. Me agarro todavía más fuerte a Eric pegándome todo lo que puedo a su cuerpo y cierro los ojos. Noto como mi cuerpo sale disparado violentamente. Pero no caigo, no pasa nada. Entonces abro los ojos y lo primero que veo es la espalda de Eric. Levanto la vista y estamos en la calle, parados en un semáforo en rojo y yo sigo todavía sentada en la moto.

Espectro luminoso [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora