Capítulo 18

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- Buenos días.

Una voz interrumpe mi sueño junto con un fuerte rayo de luz que se cuela por la ventana. Abro mis ojos con dificultad por la claridad del sol y cuando consigo enfocar mi vista, ésta se clava en Eric. Su pelo está mojado y pequeñas gotas caen de su pelo a su torso desnudo. Eric está inclinado en el respaldo del sofá mirándome con una sonrisa.

- ¡Eric! – Le digo al ver que está semi-desnudo y que una gota cayó en mi cara.

- ¿Qué? – Dice divertido

Entonces Eric empieza a sacudir su cabeza de lado a lado provocando que un montón de frías gotas caigan sobre mí. Me incorporo y le lanzo el cojín que estaba usando como almohada, que le atina en la cara. Antes de que caiga al suelo Eric lo agarra con ambas manos y me mira con picardía. Me lo lanza y antes de que lo pueda agarrar noto un gran peso sobre mí. Entonces las manos de Eric bailan en mi barriga haciéndome cosquillas. Me retuerzo ente risas y jadeos para intentar apartarlo de mí pero no lo consigo. En un momento logro poner mi mano sobre su cara y lo aparto de mí, algo que a Eric le hace bastante gracia ya que empieza a reírse y entonces deja de hacerme cosquillas. Cuela sus manos por debajo de mi espalda y me estrecha contra él, colocando su cabeza sobre mi hombro. En este momento de tranquilidad es cuando recuerdo por qué acabé aquí. Mi madre se ha marchado y no sé cuándo va a volver ni si está a salvo. Una bola de preocupación empieza a crecer en mi pecho. De pronto Eric levanta su cabeza y me deja un tierno beso en la nariz que consigue sacarme una sonrisa.

- A la ducha. – Dice mientras se levanta y ayuda a levantarme.

Miro mi camiseta que ha quedado empapada por el pelo mojado de Eric y asiento con la cabeza. Voy hasta la habitación donde dejé mi maleta para coger algo de ropa: un pantalón vaquero y una camiseta de manga larga con un dibujo en la parte frontal. Me dirijo al cuarto de baño y me quedo ensimismada con la enorme ducha. Una amplia cristalera la cubre y tiene un montón de chorros que cubren todo mi cuerpo. Me quedo un buen rato debajo del agua caliente mientras la ansiedad crece en mi pecho. La incertidumbre es lo que peor llevo, si por lo menos pudiese ponerme en contacto con mi madre quizás estaría un poco más tranquila, pero no puedo llamarla. Respiro profundamente para intentar apartar esa bola de preocupación. Cuando salgo del baño un agradable olor inunda mis fosas nasales, huele a especias y cítricos. Voy hacia la cocina de donde proviene ese olor y me encuentro con Eric de espaldas mientras cocina un par de filetes con verduras salteadas. Sin girarse Eric se da cuenta de mi presencia.

- ¿Tienes hambre? – El rugido que emite mi estómago le da a entender que sí.

Eric suelta una pequeña carcajada y nos sirve la comida en dos platos que ya había dejado preparados. Si ya el olor era exquisito su sabor es incluso mejor.

- Está buenísimo. – Le digo a Eric mientras tomo otro pedazo de filete con verduras. Eric me sonríe de medio lado.

- Sí, ¿pero el filete? – Me quedo mirándolo confundida hasta que caigo en su broma.

- También lo está.

Ambos nos reímos y Eric me dedica un guiño que provoca que me sonroje. La comida transcurre muy agradable, Eric sigue haciendo bromas y alabándose a sí mismo como cocinero, pero como tiene razón no puedo hacer nada más que darle la razón. Cuando terminamos recogemos la mesa y yo friego los platos, es lo justo por haber cocinado él.

Eric está recostado sobre el sofá y entonces me armo de valor para decirle lo que he estado pensado en la ducha.

- Eric, necesito tu ayuda. – Digo agachándome delante de él.

Espectro luminoso [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora