Capítulo 4

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Eran casi las tres de la tarde y el señor Erik no se ha presentado aún y tampoco lo espero ya, este sería el tercer día que lo hace. El viernes llegue unos minutos antes de lo usual, para retirar todas mis cosas de mi antiguo lugar y acomodarme en el nuevo, ahora era parte del piso siete, he de admitir que extraño las ocurrencias de Mía tan temprano, más que nada porque no conozco a casi nadie aquí, así que por el momento me limito a dar los buenos días y hablar una que otra vez sobre documentos importantes, también prepare café esperando que el señor Erick se presentara, ya que la primera vez que nos vimos no fue una muy buena primera impresión, pero el nunca apareció lo mismo que al siguiente día.

En la ausencia del Señor Erik mi trabajo a sido liviano por lo que acabo rápido, baje a cafetería donde justamente me encontré con el padre del señor Erik a lo que él me dijo sin que preguntara que seguramente su hijo faltaría que no me sorprendiera, que tal vez pasaría más seguido de lo que esperaba.

Hay muchas cosas que pasan aquí que aun no entiendo, todo es muy raro, creí que al ser la secretaria del señor Erik no tendría tiempo libre y que debería trabajar más, pero después de los dos días que no llego en los que me dedique a ordenar mi nuevo lugar, decidí traer hoy mi computadora y adelantar mi presentación para mi siguiente clase, y no solo la adelante, sino que la termine, esto está siendo mejor de lo que creía y pensar que casi digo que no.

Mi teléfono empezó a vibrar sobre mi escritorio, lo tome y lo primero que me apareció fue la notificación de dos mensajes nuevos de Mia.

Mia

Holaaaa

Oye, ¿te gustaría ir a comer juntas hoy en el descanso?

Gabriela

¡Sí! ¿A dónde quieres ir?

Mía

¿Qué te parece si vamos a nuestra cafetería favorita, en la esquina?

Gabriela

¡Perfecto! Nos vemos en la entrada de la oficina entonces.

[...]

—¿Cómo estuvo tu mañana? —le preguntó a Mía después de pedir lo que comeríamos

—Pues, bastante movida. Tuve una reunión con el equipo de marketing y luego me encontré con un montón de correos pendientes. Con eso de que te fuiste justo cuando los señores Torres iniciaran su proyecto juntos —me dice con un tono de enfado, pero rápidamente me da una sonrisa para que sepa que está bromeando.

—¿No han contratado a alguien más? —Pregunte tomando un poco del chocolate caliente frente a mí, mientras aún está caliente.

—En realidad la señora Torres me pregunto si me gustaría tomar la responsabilidad completa en el mismo horario y aumentar el sueldo, y para serte sincera me vendría muy bien.

—Vaya Mía eso es genial, ¿lo aceptaras?

—Si, antes de trabajar aquí era secretaria en una escuela, recibir el papeleo de cada niño de cada grado y estar escuchando a los padres, maestros y la directora quejarse por cualquier detalle, me prepararon para lo que puedo vivir con los señores Torres —Ambas dejamos salir una risa —Pero ¡por fin un descanso! ya tenía hambre

—¡Sí! Necesito una pausa de todo eso. Este sándwich de pollo aquí siempre me levanta el ánimo.

—¿Puedo robarte una papita? Están deliciosas hoy.

—Claro, toma todas las que quieras —le acerque mi plato.

—¿Has tenido alguna novedad con ese nuevo jefe tuyo? Parece que ni siquiera se le ve por aquí.

No te alejes de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora