Capítulo 24.

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Estaba en mi escritorio, revisando los planos de un nuevo proyecto, cuando el teléfono vibró. Mi primera reacción fue ignorarlo, pero al ver el nombre del comité del concurso en la pantalla, mi corazón empezó a latir más rápido. Tomé una bocanada de aire antes de contestar.

—Con la señorita Gabriela Reed.

—Hola, si con ella habla

—Señorita Reed, llamamos para felicitarla nuevamente por su éxito en el concurso de jóvenes promesas. Hemos decidido ofrecerle una beca para completar su último año de universidad en París. Es una gran oportunidad de aprendizaje y proyección.

Mis pensamientos se detuvieron. París. Nunca me había imaginado siquiera que una oportunidad así sería posible para mí. Mi respiración se volvió más pesada mientras intentaba asimilar lo que acababa de escuchar.

—¿París? —pregunté embobada.

—Así es. Tendría que mudarse a finales de este mes.

—Este mes, es muy poco tiempo.

—Por supuesto, entendemos que es una gran decisión, así que le damos unos días para pensarlo. Tiene hasta el viernes para confirmarnos su participación. Felicitaciones, señorita Reed. Estamos seguros de que hará un gran trabajo.

Cuando colgué, sentí como si el suelo se moviera bajo mis pies "París" Toda mi vida estaba aquí, y aunque esta oportunidad era la materialización de un sueño, no podía evitar pensar en todo lo que dejaría atrás. Erik, mi relación con él apenas estaba comenzando, y ahora esto... Mi mente estaba a kilómetros de distancia, pensando en cómo le contaría a Erik, a mi madre, pero sobre todo en si debía aceptarlo.

Necesitaba hablar con alguien que pudiera ayudarme a pensar con claridad. Sabía exactamente a quién acudir.

Después del trabajo, fui a visitar a Amber ella siempre está con una actitud fuerte y determinada, a pesar de los desafíos que enfrenta. Era la única persona en la que podía confiar en ese momento. No podía hablar con Erik aún; sabía que esta decisión afectaría todo entre nosotros, y no quería precipitarme. Tampoco podía hablar con Mía porque sabía que ella me lo pintaría todo color de rosa logrando que yo me fuera sin mirar atrás diciéndome que las aventuras son solo una vez en la vida, necesitaba alguien que me hiciera ver cada extremo de la situación.

Amber estaba en la sala de rehabilitación cuando llegué. Me recibió con una sonrisa amplia, esa que siempre me hacía sentir que todo estaba bien, a pesar de lo que ella misma estaba enfrentando. Me senté junto a ella, sintiendo el peso de la conversación que estaba por tener.

—Te ves pensativa. ¿paso algo? —preguntó, sin rodeos, como siempre. Tomé aire. No sabía cómo empezar.

—Recibí una oferta hoy... —dije lentamente, mirando mis manos, como si las palabras fueran más fáciles de pronunciar si no la miraba directamente.

—Eso suena a algo grande —respondió Amber, su tono era curioso, pero comprensivo.

—Es una beca. Para irme a París... a terminar mi último año de universidad allí.

Hubo un momento de silencio, lo que me hizo finalmente levantar la mirada. Amber me observaba con una mezcla de sorpresa y emoción.

—¡Gabriela, eso es increíble! —dijo, su rostro iluminado— ¿Ya lo aceptaste?

—Aún no —dije, y me encogí de hombros—. No sé qué hacer. Es una oportunidad increíble, pero... no quiero dejarlo todo aquí. No quiero dejar a mi familia Amber no quiero dejar a Erik.

Amber me miró con esos ojos penetrantes que parecían ver más allá de las palabras. Sabía que ella entendía lo que estaba pasando por mi mente.

—¿Has hablado con él sobre esto? —Negué con la cabeza —Él lo entenderá Gabriela, me atrevo a decir que hasta te apoyará. No es como si te estuvieras yendo para siempre —dijo, colocando una mano sobre la mía—. A veces, las decisiones que más nos asustan son las que más nos hacen crecer.

No te alejes de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora