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El despertador empezó a sonar provocando mi despertar. Por lo visto mi madre se ha dado cuenta de que era yo la que desactivaba el despertador para no tener que ir al instituto. Obviamente se enfadó conmigo, pero bueno, nada del otro mundo. Me vestí con uno de los miles de conjuntos que Judith se probó ayer y bajé a desayunar.

- Ahí tienes las tostadas... Y la leche está en la nevera - mi madre parecía tener mucha prisa.

- ¿Te pasa algo?

- Mi jefe me ha llamado, tengo que terminar de ordenar la oficina, el lunes empiezo a trabajar.

- ¿Por que tienes que ir tu? Todavía no es tu oficina, empiezas el lunes.

- Nicole, yo me he ofrecido a hacerlo.

No tenía palabra para responder a mi madre. Al parecer estaba como loca por empezar a trabajar. Eso era porque ella no veía a su jefe con mis mismos ojos. Ahora estaba rezando para que los días pasaran lo más lento posible, no quería que mi madre empezara a trabajar, no solo porque todo me parecía muy sospechoso, sino también no me gusta tener la casa para mi sola porque me siento sola.

- No tengo hambre - dije dejando el plato con las tostadas a un lado -. Adiós, que tengas un buen día.

Me colgué la mochila del hombro y salí de casa. No sabía porque había hecho eso... Mi madre no tenía la culpa de haber aceptado ese trabajo.

Para mi mala suerte Judith no me estaba esperando con su coche, así que tendría que caminar esas veinte calles hasta el instituto, y lo peor... mi móvil no tenía batería. Odiaba el camino hacia la escuela, y más si no podía ir escuchando música.

- ¡Nicole! Hola - Katy corrió hacia mi - Estoy buscando a Judith ¿La has visto?

Ambas nos encontrábamos delante de la puerta de entrada del instituto. Al parece era temprano todavía y no habían abierto.

- Es pronto todavía - dije -, Judith siempre llega después de que abran las puertas.

- Tienes razón... ¿Cómo crees que le fue ayer?

- Bien, estaba nerviosa... había pensado en mandarle un mensaje pero se que ella preferiría contarnoslo en persona.

- Si, yo pensé lo mismo – concluyó.

- ¿Has hablado con Dylan?

- No... Zac me dijo que intentaría hacer que hablara conmigo, pero es que me pongo muy nerviosa. Aunque estoy decidida, si hoy no me habla buscaré una excusa para hacerlo yo.

- Así se habla – alenté.

Cuando abrieron las puertas nos echamos a un lado para que la estampida de personas pasara primero. Decidimos esperar a Judith en la puerta para que no se escapara. Sabíamos que a lo mejor le daba vergüenza contarnos lo que pasó.

- Hola chic...

- ¡Cuéntanos todo, hasta el más mínimo detalle! - le interrumpimos Katy y yo súper emocionadas. - ¿Como fue? ¿Dónde te llevó?

- No me taladréis de buena mañana, en la hora del patio os lo contaré.

- ¡No podemos esperar hasta la hora del patio! - me quejé.

- Pues tendréis que hacerlo - Judith miró su reloj - Hay que darnos prisa o no llegaremos a la primera clase.

Había olvidado completamente que nos encontrábamos en el instituto. Aferrémi mochila al hombro y corrí hacia mi taquilla. Por suerte, la primera clase del día era Biología y no Lengua, aunque esa asignatura tocaba por la tarde. Saqué los libros de la taquilla y me dirigí al aula 16.

YOU & YOU AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora