27.

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Al llegar a casa no dudé en ir a dormir. Sabia que no tenía que buscar nada ya que dudaba que me hubieran dejado otra nota hoy. Tenía sueño, mucho. Apenas toqué la cama me quedé dormida. Judith no me había preguntado nada sobre que era lo que quería Daniel ya que no me veía de buen humor. Tenía a todos preocupados, hasta Zac pareció darse cuenta de mi malhumor. Me despertó el ruido de la puerta. Mi madre había entrado para traerme la cena, por suerte no tendría que bajar.

- Vi que estabas dormida y no quería despertarte - dijo dejando la bandeja encima de la cama -, he comprado pizza, espero que sea la que te gusta...

- Gracias- contesté sin darle importancia - ¿Que hora es?

- Las diez - respondió mirando su reloj -, no quería dejarte sin cenar, me preocupa que comas poco.

- Estoy bien - le aseguré. Mi madre me dio un beso en la frente y se fue con un "Buenas noches". Moría de hambre, la pizza no era la que me gustaba pero era tal la necesidad de comer que no me importaba. Cuando terminé me quedé sentada intentando pensar algo que me distrajera. Me sentía mucho mejor comparada a como me sentía por la tarde. No tenía mucho sueño como para volver a dormirme, pero tampoco tenía ganas de levantarme.

- ¿Nicole? - preguntó una voz que venía desde la ventana. Dí un grito ahogado y me levanté de un salto - ábreme, soy yo.

Corrí las cortinas lo más rápido posible, Daniel se encontraba ahí colgando. Recordé de nuevo lo que había pasado la noche que apareció así por primera vez, no había pasado mucho tiempo.

-¿Que haces aquí? - pregunté con mi mayor cara de sorpresa -. No es seguro, mi madre todavía está despierta.

- Puedo quedarme en silencio - respondió riendo -. Quería venir a verte. Ya sabes, ahora que he discutido con Bill, tendré que esperar mínimo una semana para volver a Bob's.

- No dejaré que vengas aquí durante una semana - dije cortante.

- ¿Vas a dejarme entrar? Me están doliendo los brazos. - me eché a un lado para que pasara. Esto no era seguro. Mi madre entraría en cualquier momento y dudaba mucho que a Daniel le diera tiempo a esconderse. Me senté en mi cama cruzada de piernas y él me imitó.

- No puedes estar aquí - repetí - si mi madre llega a verte...

- No pasará nada, créeme, tengo muy buen oído así que me daré cuenta si está por aquí.

- Y dime... ¿Que haces en mi cuarto a estas horas de la noche?

- Ya te lo he dicho - contestó - además, tu también tienes culpa de que tenga que venir aquí.

- ¿Yo? - pregunté pasmada -, tu fuiste el que quiso llevarme a ese sitio.

- Y tu me dijiste que si - me echó en cara.

- Solo quiero dejarte claro que no vendrás aquí durante toda la semana - le avisé -, mi madre tiene un don, no se como lo hace pero siempre descubre todo lo que hago - hice una pausa -, y ya puedes creerme cuando te digo que de esto se dará cuenta.

- No te preocupes. Tu siempre miras el lado negativo de las cosas, siempre - confirmó -, y déjame decirte que me he dado cuenta de eso, no puedes negarlo.

No, no podía negarlo.

- Debes irte, mañana he quedado con las chicas y tengo que estar descansada - me excusé.

- Duerme, puedo quedarme aquí de todas formas - me desafió -, verte dormir será algo bastante... Interesante - hizo una pausa y se quedo observándome - ¡Que mona! Si te has sonrojado y todo.

YOU & YOU AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora