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- Quieta ahí señorita - me detuvo mi madre mientras salía de la cocina -, ¿A donde crees que vas?

- Voy a... - no podía decirle a donde iba realmente.

- A... - repitió mi madre para que terminara de completar la frase.

- Al McDolald's del centro para ver a Owen, tengo que devolverle su cazadora - sonreí y abrí la puerta -, adiós, supongo que volveré en dos horas.

Sin decir nada más cerré la puerta. Cuando volviera me esperaría una gran charla con mi madre, no solo por lo de Owen sino también por no haber saludado. Tendría que caminar hasta el centro. No creo que pueda llegar en 10 minutos como me había dicho Daniel. No sabía donde estaba el McDonald's pero ya me las apañaría.

Después de 20 minutos caminando llegué. Tuve que preguntar varias veces porque nadie sabia explicarme como llegar. Por suerte Daniel estaba en la esquina esperándome.

- Pensaba que no vendrías - dijo riendo. Le dí su chaqueta golpeándole el pecho con la mano.

- No puedo más - me quejé -, llevo 20 minutos caminando. Necesito agua.

- Ya veo que te gusta el deporte - le fulminé con la mirada y él rió -, ¿Que prefieres, McDonald's o Starbucks?

- Starbucks, pero ¿A cuantas calles queda? - pregunté, no quería caminar más.

- A 2 calles, vamos, no es mucho - trató de animarme.

Comenzamos a caminar hasta la cafetería. No tenía hambre como para ir al McDonald's así que supuse que sería mejor ir al Starbucks. Me resultaba raro estar con Daniel fuera del instituto, más bien me resultaba raro salir con Daniel de día. No es que crea que es un vampiro, es solo que nunca me lo he imaginado paseando por la tarde.

- ¿Que quieres tomar? - preguntó mientras nos sentábamos en la mesa -, déjame decirte que no tengo ni la menor idea de lo que sirven aquí.

- ¿Nunca has venido? - pregunté sorprendida.

- No, conozco el sitio, pero nunca me ha llamado la atención - respondió -, bien dime, ¿Que se toma aquí?

- No lo se, yo siempre pido un frapuccino - dije levantando ambas cejas -, puedes pedir uno y así lo pruebas.

- Lo que tu pidas yo pediré - Daniel hizo una señal para llamar a la camarera, la cual se acercó con gracia al ver que quien la llamaba era muy guapo.

- ¿Que van a pedir? - preguntó la camarera con la mirada clavada en Daniel. Él me miró. Yo era quien decidía. La chica le quitó la mirada de encima para dirigirse a mi, no parecía muy contenta ahora.

- Dos frapuccinos con dulce de leche - contesté. Dedicándole una sonrisa a Daniel se dio media vuelta y se fue a preparar el pedido. - ¿Y bien? - pregunté una vez que estuve segura de que nadie nos escuchaba.

- ¿Y bien que?

- ¿Por que están tus padres en mi casa? - pregunté -, no te lo temes a mal pero he intentado alejar a mi madre todo lo posible de Juan; hay algo en él, y tu lo sabes, que no me gusta.

- Y no está mal que hagas eso - comentó. Eso me dejó sumamente sorprendida, otra vez las sospechas de que él sabia algo empezaron a asomarse.

- ¿Es que tu sabes algo? - me quedé en silencio para luego agregar -. Se que te lo he preguntado antes pero necesito saberlo. Yo se que él tiene algo que ver con el asesinato de mi padre, estoy casi segura.

- Nicole, no creo que sea un tema para discutir, no por ahora; tu madre está a salvo y tu también lo estas por ahora. ¿Por que alterar las cosas?

YOU & YOU AGAINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora