Capítulo 08

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El trayecto pasó rápido. Llegamos al cine y cada cual se bajó del auto. Empecé a caminar hasta que él se acercó a mi lado y me dedico una sonrisa, la misma sonrisa tierna que me dedico el día que lo descubrí observándome en clase.

Miré al suelo, porque otra vez estaba nerviosa, creo que se debe a su cercanía. Pero me detuve al sentir como unos suaves dedos rozaron la piel de mi mano. Miré hacía ahí y vi como nuestros dedos se entrelazaban. Me sonroje al instante. Mis mejillas ardían.

Lo miré y él me miró. Nos miramos unos segundos en silencio y después dirigí la vista al frente para seguir caminando, pero aún con nuestras manos entrelazadas. Los nervios me estaban matando. ¿Para cuándo la boda? Pensé en mis adentros.

Compramos una película de romance, perfecta para la ocasión. Al principio no le presté atención a la película, porque empezamos hablar, pero después me concentré tanto en ella que al final terminé llorando.

Soy la persona más sensible del mundo y este tipo de películas me hacía llorar, aún más cuando su final es triste.

Al salir de la película nos dirigíamos al auto y yo aún tenía los ojos llorosos.

- ¿Sabes que la película es ficción?-Preguntó mientras abría la puerta del auto.

- Lo sé, pero igual me duele. ¿Por qué no podían tener un final feliz los protagonistas?- Dije entrando al auto.

- No siempre va a ver un final feliz. Puede que a veces el final sea triste y duela.

- Sí, es cierto. Me quede pensando un instante. ¿Y si mi final con Manuel es triste y me va a doler?

¿Pero por qué pienso en el final si no hemos tenido un principio?

En el trayecto a casa discutimos sobre la película. Teníamos puntos de vista muy diferentes, yo no estaba de acuerdo que el protagonista se aplicara la eutanasia, mientras él lo aceptaba.

Al llegar a casa me dedico su tierna sonrisa y yo le devolví otra.

- Gracias, la pasé muy bien.

- Si, ese era la idea.

- Me gustó mucho, te veo mañana en la escuela.

- Bien, nos vemos- Dijo mientras me bajaba del coche.

Al entrar a casa tenía una sonrisa en mi rostro, esta noche había sido perfecta. Me di cuenta que detrás de ese chico tímido hay una buena persona. Es diferente cuando hablas con él y lo conoces mejor. Y después de eso me sigue gustando ese chico.

-¿Y esa sonrisa?- Pregunto mamá al entrar a casa.

- No lo sé, sólo no se me borra.

- Que lindo es el amor.

- Es hermoso.

- ¿Y quién te provoco esa sonrisa? No es el mismo coche de tu amigo que te llevo a la escuela.

- ¿Estabas espiando por la ventana?

- Si, tenía que conocer al chico que invito al cine a mi hija ¿Tiene algo de malo?

-Bueno, tú ganas. Sí, me gusta ese chico. Su nombre es Manuel, tiene mi edad, es muy tímido y guapo.

-¿Y él te quiere?

Fue la misma pregunta que me hizo Evan. Lo peor es que no tengo respuesta.

- No lo sé.

- Solo deja que el destino se encargue y que todo fluya. - Me guiñó el ojo.

Mi Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora