Capítulo 24

111 14 2
                                    

Les recomiendo escuchar esta canción con el capítulo, más adelante se darán cuenta el por qué.

**

-Por lo que más quieras, detente Manuel.

Y eso hizo, se detuvo.

-Necesito hablar contigo antes de que cometas una locura.

-¿Locura? Estás demente Manuel, mírate.

-Voy a fingir que lo que acabas de decir no lo pensaste. ¿De verdad crees que anónimo soy yo?

-No sólo lo creo, es la verdad.

-No la es. Te engañó Amanda.

-Já, ¿tú eres él que me dice a mí que me engañaron? Tu vida es una farsa Manuel, te desconozco, no sé quién eres.

-Claro que sabes quién soy. Siempre he sido el mismo y no tengo un por qué para esconderme tras un personaje como anónimo que lo único que quiere es hacerte daño. No soy así y tu bien lo sabes.

-Lo pensaba, pero tengo pruebas.

-¿Estás segura de que esas pruebas son reales?

-Si.

-Dame una oportunidad.

-¿Qué? –Pregunté dudosa. Si se refería a que no lo delatara, estaba bien equivocado.

- Déjame demostrarte mi inocencia. Dame 24 horas, sólo eso.

Lo miré fijamente. Intentaba encontrar en sus ojos algún rastro de culpabilidad, pero no sucedía.

-Está bien-Respondí sin apartar la vista-24 horas.

-24 horas serán.

**

-Hola mamá. ¿Te sientes mejor?- Dije al mismo tiempo que le entregué las flores que había comprado unas cuadras antes de llegar al hospital.

-Gracias hija, están hermosas- Ella le ofreció su más sincera sonrisa a mi obsequio- Si, me siento mucho mejor. Estuve hablando con la enfermera y creo que en dos días regresaré a casa. ¿No es emocionante?

-Sí que lo es- Sonreí y suspire arrojándome a un asiento a su lado.

Mamá comenzó a mirarme detenidamente. La conozco tanto como para saber que cada vez que hace eso es porque nota algo extraño en mí.

-¿Pasa algo? No has dormido bien, ¿Verdad? Hija, ¿Has estado llorando?

La miré en silencio. Dicen que las madres tienen un don que les permite saber cuando algo anda mal con sus hijos. Lastimosamente, hoy no era la excepción. Mamá me había descubierto.

-Sí, tienes razón. Perdí la cuenta de las horas que llevo sin dormir bien, he llorado en mi soledad y estoy muy afectada por lo que te paso.

Ella me miro de esa forma que tanto odio. Me hace sentir culpable, esa mirada me rompe el alma.

-Ven aquí-Estiro sus brazos en señal de un abrazo y yo hice lo mismo-No tienes de que preocuparte amor, lo importante es que estoy bien y pronto regresaremos a las que solían ser nuestras vidas. -Dijo cerca de mi oído, besando mi mejilla.

Su abrazo se sentía acogedor, sanaba un poco las quemaduras que tenía mi corazón. Si tan sólo ella supiera que es algo más lo que me trae así, pero es mejor que no lo sepa, no quiero preocuparla más de lo que ya está.

Y fue ahí cuando prometí que anónimo pagaría cada lágrima y cada minuto que he desperdiciado por su culpa.

**

Mi Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora