Capítulo 41

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-Buenos días Amanda, ¿Cómo pasaste la noche? -La tía de Evan, Meredith, me preguntó mientras servíamos el desayuno.

-Muy bien, gracias por la hospitalidad-Contesté.

La tía de Evan dirigió su mirada a Evan quién tomaba un sorbo de café. En su mirada se vio reflejada la intriga que tenía su tía por saber qué había pasado la noche anterior.

Ay Dios mío, que vergüenza. Seguramente su tía se dio cuenta que pasamos la noche en la misma habitación. ¿Qué estará pensando? ¿Qué clase de pensamiento impuro se le habrá pasado por la mente? Si tan sólo supiera que no pasó nada entre Evan y yo.

Por mí parte me sonroje de solo pensarlo, mientras Evan sonreía, el maldito se estaba burlando de mí.

En fin, después de pasar un desayuno algo avergonzada, Evan me ofreció pasar el día con él, conociendo cada rincón de la isla y su diversidad. Acepté emocionada por ir sobre todo al mar, uno de mis lugares preferidos es el encanto de las playas.

Subí a mi habitación y me dispuse a ducharme. Mientras lo hacía, opté por lavar mi cabello, así que para mis duchas más largas no hay nada mejor que escuchar y cantas mis canciones favoritas. Al ritmo de Imagine Dragons me duché y canté a pulmón. Quizá por eso mi parte favorita del día sea el momento de tomar un baño.

Al terminar me cubrí en una toalla y salí a cambiarme.

Pero oh sorpresa la que me he encontrado.

-¿Molly?- Interrogué asombrada al ver a la chica sentada en mi cama mirando de reojo mi equipaje.

-Sí, la misma. Por si no lo sabes duermo en la habitación de la izquierda, así que he escuchado tu canto. Chica por favor, no le hagas eso al ambiente. El clima de hoy es muy agradable como para que hagas llover- Concluyó con una sonrisa sarcástica.

Vaya, su honestidad me sorprende como para haber tan poca confianza entre ambas.

-Sí, confieso que no tengo el talento de tu primo, pero para ser sincera yo no canto para agradar, sólo lo hago por gusto y cuando estoy en la ducha, un momento que se supone nadie debería escuchar.

Bum, toma eso.

Ella sonrió de nuevo y dejó de mirarme para prestarle atención de nuevo a mis maletas.

-¿Qué ocurre? ¿Se te ha perdido algo? -Cuestioné.

-No, es sólo curiosidad. Quiero saber que tienes de importante como para ser distinta a las demás. O más bien, como para tener a mi primo a tus pies.

La miré detenidamente. Sí, esas mismas palabras antes las había escuchado. De otras personas, como chicas de la escuela. Lo mejor del caso, ni yo misma lo sabía. O bueno, quizás sí, un poco.

-Es de extrañeza tu silencio. Antes creía saber el por qué de todo el supuesto enamoramiento de mi primo, pero no fue hasta ayer que descubrí que estaba errada en mi pensamiento.

-¿Por qué? - Dije dudosa.

-Porque sé que entre ustedes no ha pasado nada mayor a un beso. Los espíe anoche, y me sorprendió el hecho de que Evan dijera que te iba a esperar. Esa nueva de actitud de él es gracias a ti. Yo nunca antes lo había escuchado hablar de esa forma. Además, él hizo todo esto de mudarse a la isla, buscar empleo y mejorar su personalidad, por ti. Y ni mencionar cuando te ve o están juntos, en sus ojos se nota lo mucho que te quiere. Por eso me gustaría saber que tienes de especial que lograste cautivar al chico que nunca se había enamorado.

De todo su discurso, no podía pasar en alto la parte en que confesó habernos espiado. Que grosera, odio que intervengan en mi espacio personal. Lo demás que dijo era algo de lo que yo ya era consciente.

Mi Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora