Capítulo 23

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No, claro que no podía ser Manuel.

-¿Qué? Por favor, es muy loco pensarlo.

-¿Loco? Eso crees. Amanda, quítate esa venda de los ojos, él nos ha dado tantas señales.

-Como cuales, necesito argumentos.

-Su apariencia, siempre es un misterio su vida. Lo que hace o donde está. Eres de las pocas personas que habla con él por lo mismo. En la escuela le tienen miedo, en su mirada se refleja la maldad.

-¿Hablas en serio? Entonces por ser tímido ya es un psicópata. Es mi amigo, no veo por qué me quiera hacer daño-Esta vez alcé el tono de voz, haciendo que nuestra charla se convirtiera más en una discusión.

-No sólo por eso, Amanda ¿acaso eres ciega o te haces? Manuel debe estar obsesionado contigo, si todos hemos notado que está enamorado de ti.

Me quede en silencio aún sin procesar sus palabras. Manuel enamorado de mí. ¿Es eso posible? Y si lo es, ¿Por qué no me di cuenta? O más bien, ¿por qué pasa ahora que ya no me gusta? Que irónico. Si me hubieran dicho esto meses atrás estaría saltando en un pie. Pero la vida es así y no tengo ojos para más nadie aparte de Evan.

-¿Por qué lo dices? Él nunca me ha dicho algo como para creerte.

-Sé que está enamorado de ti porque actúa igual que yo cuando estás cerca. Cuando hablas Amanda, diablos tienes algo que hace que todos volteen a verte. Eres tan delicada y valiosa. Te ves tan tierna y hermosa cuando arrugas la frente al dibujar, cuando cuentas anécdotas y haces que los presentes rían a carcajadas, cuando te dan un cumplido y te sonrojas, al concentrarte en un libro o en una película. Cuando admiras las cosas que te gustan, como las mariposas o los lugares tranquilos, e incluso mis ojos. Sin hablar de cuando ríes. Cualquier hombre se enamoraría de ti. Cualquiera, que se tomara el tiempo de analizarte. Si tan sólo pudieras verte en un espejo como los demás te ven te darías cuenta la veracidad de mis palabras.

-Quiero llorar, a veces te pasas de romántico-Le hale el brazo y lo traje su cuerpo al mío- Gracias, tu sola presencia me devuelve la felicidad-Lo abracé con fuerza.

-¿Cómo es que sabes de las mariposas? -Sonreí-Nadie más se había dado cuenta que las amo. Son tan hermosas, sobre todo las amarillas. A veces pienso que cuando aparecen es porque algo bueno está por ocurrir.

-Y no es todo lo que sé de ti- Beso suavemente mis labios.

**

Una semana después

Una semana, ese fue el tiempo que le di a Evan para que me entregara una prueba. El accidente de mamá no se podía quedar así. El culpable tenía que pagar. Y si era Manuel lo haría, aunque me doliera.

Por su parte, mamá había tenido una notable mejoría, ya estaba consciente y si seguía así pronto regresaría a casa.

Mis amigos, mi prima y mi novio eran muy atentos, todos le llevaron regalos mamá.

A Manuel lo trataba igual, si en verdad era anónimo no podía actuar diferente, sería muy evidente que sospechaba de él.

Al salir de clases, Evan había quedado en llevarme a casa para hablar sobre lo que teníamos pendiente.

-Te llevo-Pregunto Abel-No, gracias, Evan me va a llevar.

-Esta bien corazón, tengo que llevar a Jazmín para resolver un pendiente-Me guiño el ojo.

Me despendí y me subí en la camioneta de Evan. Suspire y nos miramos a los ojos.

-¿Y? ¿Lo conseguiste?

Mi Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora