Capítulo 19

138 16 7
                                    

-Calma Jaz, todo pasará.

Jazmín aún seguía tumbada a mi lado, llorando sin cesar. Era difícil verla así, pero tenía que calmarse y hablar. La conozco tanto para saber que sus actos tienen un nombre propio, Christopher.

Maldigo el día cuando estábamos en la fila para pedir el almuerzo en la escuela y los ojos de la rubia se chocaron con los de un chico alto y de cabello rubio que de seguramente nunca había visto, hasta aquel momento.

Ha tenido romances antes, pero de su mente nunca ha salido ese nombre, ese que decía ser su amor platónico.

Y odio aún más el día que él se fijó en ella. No tengo ni la menor idea de cómo fue que paso todo este desastre, porque siento que ese sujeto es como un tornado, de esos que provocan catástrofes y se llevan todo a su paso.

Y él lamentablemente, causo uno en su corazón.

-Me engaño de nuevo, es que no entiendo como pude ser tan ingenua.

-Te entiendo, ¿Quieres hablar?

-Mm la verdad sí. Tengo un nudo en el pecho y quiero soltarlo. Todo empezó cuando peleamos tú y yo. Después de la pelea camine sola unas cuadras hasta que Lindsey detuvo su vehículo y se ofreció a llevarme a casa. No sé si fueron los efectos del alcohol, mi ruptura con Christopher o nuestra discusión, el punto es que le confesé a Lindsey todo lo de esa noche a Lindsey. Nunca la vi como alguien con quien confiar, pero dada la situación lo hice.

Ella trato de consolarme y su conclusión fue que me alejara de ustedes. Ya sabes, Abel, Manuel y tú. Yo estaba cegada por la ira y seguí su consejo.

Chris me buscaba todos los días. Parecía un perro fiel a su amo. Se ofrecía a llevarme a casa después de la escuela y esas cosas. Su propósito era hablar conmigo y convencerme de que le diera otra oportunidad.

Lo estuve evitando lo más que pude, pero no me contuve. Luego de que termináramos por primera vez, mi vida se sumergió en la depresión. No dormía, no comía, casi no hablaba, y mucho menos tenía ánimos de estudiar.

Además Lindsey me insistía que le diera otra oportunidad y bajo su mala influencia accedí. Se la di, lo perdoné y aunque se sentía diferente y todavía estaba disgustada, no puedo negar que disfrutaba estar a su lado. Sus besos me devolvían la vida, y de repente todo comenzó a tener sentido para mi otra vez.

Ella me invito a una fiesta que organizaron en su casa. Chris me había dicho que no asistiría y bueno, le creí. Le creí de nuevo. Estaba sola en la sala de su casa, no conocía a casi nadie y ella tampoco aparecía. Hasta que un chico extraño se me acercó y me ofreció un trago. Yo lo recibí sin ningún problema, pero al rato me sentía mareada. Quería vomitar y salir corriendo de allí. El chico me entrego una nota. -Jazmín se incorporó y del bolsillo de sus jean saco un papel arrugado. Me tendió la nota y con un poco de duda sobre si leerla o no, terminé haciéndolo.

-"Creo que estás en el lugar menos indicado preciosa. Yo de ti tuviera más cuidado con las personas que me rodean. Sube las escaleras y entra a la tercera habitación".

-Anónimo (Un viejo amigo de Amanda).

-Jaz, yo te juro que no tengo nada que ver con lo que sea que ese sujeto te haya dicho.

-Eso lo sé. Te conozco, y por más enojada que estuvieras conmigo no me harías eso. En medio de mis náuseas, seguí las indicaciones que decía en la carta y cuando abrí la puerta el vómito por fin salió de mi boca. A que no adivinas que vi. Eran Lindsey y Christopher juntos.

-¡Los dos!-Exclamé.

-Sí, lo que dije. Fui la victima de su juego. Me engañaron, me vieron la cara de estúpida. Confíe en los dos y se burlaron de mí.

Mi Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora