Capítulo 39

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Sin más, tomé mi cartera y salí del hotel. Abajo me estaba esperando un taxi. Al subirme el conductor empezó a llenarme de elogios, a los cuales yo respondí sonrojándome y con un par de gracias.

No tardé en llegar. El lugar estaba rodeado de bastantes personas. Muchos adolescentes, por lo que percibía. Al bajar me sentí un poco desorientada. No me gusta estar sola en situaciones como estas. Es por eso que cuando salgo nunca lo hago sola. Y aquí todos tenían sus acompañantes y yo pues...

Sólo observaba. Varios chicos al pasar por mi lado me dejaban comentarios sobre lo "hermosa" que me veía, haciendo que la situación se tornara aún peor para mí. Estar sola en medio de la muchedumbre te asusta. Además no se puede confiar en nadie. Es fin de semana y las personas aprovechan para retornar a la isla. Y no todas las personas son buenas. También hay quienes vienen por otras intenciones.

Esto sin duda alguna es una locura por amor.

Sonrojada y sola en un concierto. Nunca antes se me había pasado por la cabeza encontrarme en esta situación. Aun así, logré avanzar entre la multitud y obtener el puesto más cerca-aunque no tanto- para apreciar el espectáculo que mi amor ofrecería.

Habían pasado muchas gomas de mascar por mi boca mientras esperaba a que Evan saliera al escenario. Había pasado ya más de una hora y aún no seguía su turno. El problema era que no sólo se presentaría él, sino también otros artistas. Tenía que ser paciente mientras los nervios me consumían. Y las manos me sudaban. Esto era agotador. Hasta empecé a sentir frío. Genial, con este vestido y se me había olvidado traer mi chaqueta.

Este plan hubiera salido perfecto si Jaz me hubiese acompañado. Yo sola, no puedo. Varias veces se me pasó por la cabeza irme. Si, marcharme al hotel e irme mañana temprano de nuevo a la ciudad. Algo que nunca me ha gustado, es estar rodeada de tantas personas desconocidas. Me siento débil y desprotegida.

-Pero mira a quién tenemos aquí- Una voz masculina me sacó de mis pensamientos.

El maldito mundo es muy pequeño, y esta Isla, aún más.

-¿Liam? Que gusto verte- Amablemente le regalé una sonrisa.

Noté que estaba más cambiado, se había dejado crecer la barba y en cuanto a su aspecto, estaba más pálido y delgado.

Sin embargo este chico me abrazó. Y su abrazó duró más tiempo del que tenía pensado.

-¿Qué haces aquí? - Dijo muy cerca de mi rostro al separarse.

Estaba ebrio, su aliento apestaba a licor. ¿Cómo es que ingresó licor?
Amanda, ¿Cuándo tendrás buena suerte?

Me alejé de él unos pasos y algo incómoda decidí responder a su pregunta.

-De vacaciones. Y ahora estoy disfrutando el concierto. ¿Y tú qué haces en la isla? -Hice mi intento por sonar casual.

-Lo mismo. Vine con unos amigos, ¿Y tú con quién viniste?

Oh no. En definitiva algo que no podía hacer era decirle que estaba sola. Aunque en un tiempo fuimos amigos, sus actitudes me confirmaron que no es un chico de buenas intenciones.

-También. Ellos están por aquí cerca, seguro no tardan en regresar.

-Que bien. Podemos hacer algo juntos con nuestros grupos. Son las vacaciones de verano y hay que aprovecharlas al máximo. ¿Qué tal si los esperamos juntos?

Aush. Mala idea la mía. Estaba acorralada. Mejor actuaba natural antes de que sospechara. Como sea me las ingeniaría para escapar de Liam y sus propuestas.

Mi Perfecta CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora