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El cazador y el antiguo sheriff se encontraban de regreso a Alexandria, con un pasajero en la parte de atrás

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El cazador y el antiguo sheriff se encontraban de regreso a Alexandria, con un pasajero en la parte de atrás. Se habian planteado dejarlo atado a un árbol a su suerte, pero al haber salvado a Daryl de convertirse en un caminante, reconsideraron llevarlo a casa.

Paul Rovia, o como se hacia llamar, "Jesús" se encontraba inconciente en el asiento trasero luego de dar pelea a los dos hombres, por un camión de comida y provisiones. Daryl lo vigilada sentado a su lado, tolerando las bromas del sheriff al girar bruscamente haciendo que choque en su hombro.

Eugene abre el portón de la comunidad, dandoles acceso a esta. Rick es el primero en bajar y llamar a Abraham, quien cuida los muros. El pelirrojo y el arquero, suejetan a Jesús por los brazos y las piernas, y lo llevan a la celda que Morgan construyó hace tiempo.

Cierran dicha celda y ambos salen de la casa.

— Ve a descansar — le dice el pelirrojo — Se nota que fue un dolor de huevos para ustedes hoy —

Daryl asiente como agradecimiento, y se dirigue a casa para poder descansar un poco, confiando en que Abraham lo cuidara bien. No es sorpresa aje todas las luces esten apagadas, salvo la habitación de abajo, la que comparten Tara y Rosita. Sube las escaleras, notando un pequeño destello de luz en la habitación de Lucille.

Sin siquiera tocar, la abre encontrandose con la castaña leyendo con su pequeña lámpara de noche encendida. Lucille eleva la mirada y deja el libro de lado.

— ¿Día dificil? — cuestiona con una sonrisa.

Daryl se sienta al borde de la cama, asiente cabizbajo, sintiendo toda esa frustracion acumulada. Lucille se pone de rodillas detrás de él, acariciando sus hombros para relajar al hombre. Daryl se deja consentir, disfrutando del tacto de sus finas manos. Lucille aprieta sus hombros con lentitud, dandole la relajación que tanto necesita.

— ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor? — murmura la castaña cerca de su oido, estremeciendolo.

— Un baño me vendría bien — responde con su voz ronca.

— Vamos  — murmura coqueta antes de ponerse de pie frente a él. Lucille se saca la delgada blusa que viste, dejando sus pechos en total libertad. Baja su short junto a sus bragas contonenando las caderas aproposito, poniendo duro al arquero — Dejame consentirte —

La castaña se encamina hacia el pequeño espacio, en cuanto Daryl lo nota se pone de pie y comienza a desvertise de manera apresurada. Totalmente desnudo, camina hacia el baño, escuchando las gotas de agua caer sobre el suelo. Nota la esbelta figura de ella atravez de la cortina, esparciendo el agua con ayuda de sus manos.

Mueve la cortina un poco, y aprovechando que Lucille le da la espalda, se mete a la regadera, dejando que el agua relaje sus musculos. Rodea su cadera con sus asperas manos, apegando sus gluteos a su creciente erección. La castaña cierra los ojos y deja caer su cabeza hacia atrás, reposandola en el hombro del cazador. Él conduce sus labios al cuello de ella, dejando ardientes besos en su cálida piel, sucionando de vez en cuando. Sube sus manos por su cintura, disfrutando cada segundo de poder tocarla, las lleva a sus firmes pechos, apretandolos a su antojo, lo que exita más a la mujer haciendola gemir en voz baja.

Cierra la llave, olvidando por completo ese baño que menciono. Acerca el cuerpo de la castaña a la pared, juntando sus pechos al frio marmol, poniendo más duros sus pezones. Sus asperas manos recorren su cintura, hasta llegar a su trasero otra vez. Separa sus piernas y conduce su miembro duro a su entrada, la cual esta húmeda y lista para recibirlo.

Daryl la penetra duramente, escuchando un gemido ahogado de su parte. Lucille se sostiene de la pared con ambas manos, disfrutando los vigorosos movimientos de Dixon detrás de ella, gimiendo alto ante los choques de su pelvis contra su trasero.

Dixon aumenta las embestidas, mientras entierra su rostro en su cuello, mordiendo la piel de la mujer que no deja de gemir su nombre. Sus pezones rozan la pared de vez en cuando, exitandola más y más. Poco a poco, ambos se entregan al climax, dejandose llevar por el calor del momento. Daryl aún continua con sus besos en su hombro, escuchando la jadeante respiración de ella.

— ¿Cuando tendras otro dia dificil? —

(...)

No lo podia creer, simplemente no entendia como Jesús pudo haber escapado.

Luego de alertar y movilizar a toda Alexandria, el hombre de pelo y barba larga, se sento a hablar de comercio con ellos, tratando de convencerlos de hacer un trayo con Hilltop, comunidad de donde provenia. No fue fácil debido a toda la desconfianza que el hombre emanaba, más para Daryl, pero finalmente logró converser al sheriff de que seria lo mejor.

Los tres hombres, se diriguen a casa de Daryl, pues no habia comido nada desde ayer, y Maggie insistió en almenos ser hospitalarios. La famosa pasta de Lucille llega a sus fosas nasales apenas cruzan la puerta, lo que agradecen en su interior.

— ¿Lucille? — cuestiona Grimes al ingresar a la cocina y verla enfocada en la estufa — Él es Jesús —

La castaña deja las cosas de lado, y gira encontrandose con una no muy grata sorpresa. Jesús la mira sorprendido, aunque no deja que los hombres se den cuenta. Los nervios en ella aumentan descomunalmente, pidiendo a gritos que no sea lo que esta pensando.

— ¿Podrías darle algo de comer? — habla Daryl, atrayendo su atención.

— Seguro, seguro — murmura ella, aún nerviosa

— Iremos a preparar la caravana — anuncia el sheriff antes de salir junto con el arquero.

Lucille se dedica a servir en un plato un poco de pasta el un plato para Jesús, tratando de ocultar sus nervios. Mientras que por su parte, él se dedica a observarla, incapaz de poder creer que la tiene frente a él una vez más.

— Si te hubieras cambiado el nombre, tal vez no te habria reconocido, Lucille —


✒Gracias por leer nenas💟

Las amo 💕

Lucille || Daryl Dixon.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora