Capítulo 21.

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A la mañana siguiente. ______ despertó de buen humor, sentía que había dormido cinco años y se sentía bien. Intento moverse pero una pierna masculina le impedía el paso. Se sobresaltó un poco cuando un brazo le rodeaba su cintura. Él se movió un poco hacia ella pero con mucho cuidado quito el brazo que le rodeaba y se sentó en la cama. Se froto ambos ojos antes de ver la hora en una de las mesitas de noche a un costado de la cama. El reloj marcaba las nueve y cinco minutos. Rodeo la cama y se arrodillo para coger su camisón, antes de que pudiese levantarse nuevamente unas manos se posaron en su cintura desnuda y la empujaron hasta la cama. ______ cayó encima de Brandon el cual la veía de manera divertida. Él le dedico una de sus seductoras sonrisas que solía usar para coquetear y ______ alzo una ceja.

– ¿Podrías dejar vestirme? –pregunto ella.


El hizo un gesto haciendo como si pensara y negó con la cabeza.


–No, te ves bien así –le sonrió.

______ rodo sus ojos y nuevamente salió de la cama para coger su camisón pero esta vez más rápido antes de que Brandon volviera a repetir la acción.
Brandon segundos después se sentó en la cama y luego se levantó. ______ lo miro de cabeza a pies observando todo su cuerpo desnudo. Se dio la vuelta y se mordió levemente el labio inferior. ¡Ese hombre sí que tenía cuerpo!

– ¿Qué hora es? –pregunto estirando su cuerpo.


–Son alrededor de las nueve –suspiro y evito mirar su erección matutina. – ¿Puedes vestirte?


–Me gusta más estar desnudo –le contesto divertido.


–Me incomoda verte así...


–Ayer no decías lo mismo –sonrió pícaramente dejando ver sus dientes blancos.

Las mejillas de ella empezaron arder cuando recordó todo lo sucedido la noche anterior. Podría jurar que todavía sentía el calor de su cuerpo y la forma en la que sus labios le besaban todo el cuerpo.

– ¿Dónde puedo tomar una ducha? –pregunto el sacándola de sus pensamientos.


–Al final del pasillo, a la izquierda hay un cuarto de baño.


– ¿Qué tal si nos bañamos juntos? –le sonrió.

______ rió levemente y rodo sus ojos.
No contesto. Se acercó a una cómoda que se encontraba en un rincón de la habitación y busco una toalla. Cogió una y se la lanzo a el que inmediatamente se envolvió sus estrechas caderas con ella.


–Tomare eso como un no. –dijo haciéndose desilusionado. Suspiro y le dedico una pequeña sonrisa a _____ y salió de la habitación.

______se sacó el camisón blanco para quedar desnuda. Nuevamente busco en la cómoda otra toalla para envolverse en ella y tomar una ducha. Aun sentía su piel un poco pegajosa. Se estremeció al imaginarse otra vez debajo del caliente cuerpo de Brandon haciéndola disfrutar al máximo. Sacudió su cabeza y saco aquellos pensamientos de volver a acostarse con él. No. Lo de la noche pasada había sido simplemente un impulso y se había dejado llevar por el deseo.
Cuando estaba a punto de salir de la habitación. La puerta se abrió de repente y Susana entro. La saludo moviendo su mano y con una sonrisa. Cerró la puerta y observo a su hija por unos instantes. Le sonrió de oreja a oreja y la miro con un pequeño brillo en sus ojos. Su madre se sentó en la cama y ____ la siguió, ninguna hablo por algunos otros segundos y Susana prosiguió mirándola. En ese instante fue cuando ____ comprendió que su madre estaba a punto de pedirle un favor.

–Está bien–dijo _____– ¿Qué quieres?


Susana sonrió y se pasó una mano por su cabello.


–Nada –contesto suavemente.


–Mamá... –insistió _____.

–Bueno –suspiro.- Quiero que te quedes unos días más.


_____ se acomodó la toalla que envolvía su cuerpo y miro a Susana.


-Mama, sabes que...


–Lo sé. Tu trabajo –gruño– Tenia tiempo sin verte, además Brandon me cae demasiado bien –sonrió.


–No creo quedarme más tiempo, pero si quieres puedes visitarnos. Tienes mi numero puedes llamarme y visitarnos –le devolvió la sonrisa.


Susana suspiro y ladeo un poco su cabeza, estiro su mano y acaricio el rostro de _____.


–Lo hare. Pero no quiero que te quejes porque te visito muy a menudo –rieron las dos. – Te quiero, cariño.


–Y yo a ti, mamá –sonrió y su madre le dio un beso en la frente– Ahora si me lo permites, me iré a dar una ducha.


Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta. Un llamado de su madre hizo que se volviera a ella.


–Por cierto, Brandon debería estar con la camisa por la casa. Tendré cuarenta y ocho años y podrá ser tu prometido pero tengo ojos –le comento burlona Susana.


–Vale, le diré que se ponga la camisa.

Dicho eso, salió de la habitación y entro al cuarto de baño. Mientras los minutos transcurrían el agua caliente caía sobre el cuerpo de ella. Esta enjabonaba su cuerpo y suspiraba de vez en cuando recordando como la había tocado Brandon. Estaba mal de la cabeza. No recordaba haberse acostado con alguien y que recordara cada simple detalle el día siguiente. Trataba de convencerse a sí misma para no volver acostarse con él. ¿Pero a quien engañaba? Brandon no le agradaba mucho, pero su cuerpo respondía de otra manera. Sin duda alguna de que estaba volviéndose loca. Tal vez pudiese volver hacerlo un par de veces hasta que el trato entre los dos terminara y cada quien viviese su vida como le diera la gana. Sí, definitivamente eso le parecía bien, tal vez lo anotaría en su libreta de ideas.

Mi falso prometido (Brandon Meza y tú.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora