Parte 28 Un fugitivo más.

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Martes 22 de julio de 2014

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Martes 22 de julio de 2014.

11:38 hrs.

Pascual recibe en su cuenta la cantidad hecha por Fernando. Ve su correo y ve como unos cincuenta, él lee lo que dice Oscar:

─ Mira Pascual, estos son los totales de expedientes de quien sospecho, pero el que podría ser el más importante es Héctor Antázuri Infante; no descartes a ninguno. Averigua quien es el que nos está siguiendo, recuerda ya te envié la mitad de tu pago, cúmpleme lo que acordamos. Quiero garantía de información, no quiero una conjetura. Hasta luego.

Fernando comienza a imprimir los expedientes, toma las hojas y las pone en una mesa; acomoda cada uno en capetas, a cada cual las etiquetó, enciende un cigarro, coge una botella de Ginebra y se sirve en un vaso; enciende una lámpara de escritorio, se la cerca al expediente a leer, quien sería el primer sospechoso. Estudia Fernando documento por documento los lee muy detenidamente, llega al de Héctor Antázuri Infante, recordó lo que le mencionó Oscar en su correo, pero... ¿Qué tiene que ver un médico renombrado con los sospechosos? toma la decisión de hablar con Oscar para ver qué es lo que sospecha de ese hombre, pues necesita saber por qué era el más sospechoso de ser un asesino. Oscar recibe la llamada y ve el nombre de quien lo llama.

─ ¡Buenas mi estimado Fernando! Creo y me llamas para darme buenas noticias.

─ Pues tengo una pregunta que hacerte sobre algo de un expediente.

─ Ya te los envié y son con la información de los perfiles de cada quien, ¿Cuál es tu duda? ¿Tú eres un investigador o no?

─ Por eso, necesito saber qué es lo que me dices del expediente de Héctor Antázuri Infante, porque no veo nada que tenga para ser un sospechoso.

─ Pues... Él...

─ ¿Qué pasa Oscar? ¿Por qué dudas?

─ Simplemente a él lo amenacé de muerte y pues es el único que me puede seguir, y pues la verdad sí creo que él es quien manda a un asesino, eso para mí, no hay otra conjetura.

─ ¿Y los demás? ¿Qué hay sobre eso?

─ Tú me los pediste.

─ Sí, pero desde un principio me hubieras dicho, ese señor Héctor no tiene ningún delito que perseguirle.

─ Pues a él investígalo, si llega ser él quien paga a alguien, ¡Mátalo! Si no lo es déjelo, pero no cometas el error de dejarte ver ¿De acuerdo?

─ No me explicó lo que le pregunté.

─ ¿Para qué? No hay necesidad de eso, sólo averigüe y me avisa, a los otros también vea uno por uno, haz lo que te parezca, solo encuentra quien es el asesino y quien los manda, haz lo necesario yo ya contraté unos guardaespaldas, pero aun así no me siento seguro.

─ Está bien, su información fue estúpida, haré mi trabajo hasta luego.

Las cuatro caras de un asesino... ¿Existen crímenes justos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora