Parte 29 La pareja ideal.

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Miércoles 23 de julio de 2014

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Miércoles 23 de julio de 2014.

07:30 hrs.

En casa de Gibrael, Rebeca, prepara el desayuno, él baja al comedor.

─ ¡Qué bien huele!

─ ¡Buenos días señor!

─ ¡Buenos días Rebeca! No te enojes pero llámame por mi nombre.

─ ¡Perdón! No estoy muy acostumbrada a decirles así a mis patrones.

─ Pues no me molesta.

Ella le sirve.  ─ Se ve delicioso tal y como me gusta, te pareces a...

Él se queda pensativo, como si se acordara de algo, Rebeca lo ve y le cuestiona. 

 ¡Señor, señor! Perdón ¿Gibrael le pasa algo?

─ No, nada, sólo me acordé de mi madre, tú sazón es muy parecido al de ella.

─ ¿No ha ido a visitarla o hablarle por teléfono?

─ No, ella murió, y pues sólo algo que me la recuerde me pone melancólico, espero y me disculpes.

─ ¡Bendito sea usted que conoció a su madre! yo crecí en un orfanato. Mis padres murieron en un accidente, yo iba con ellos y según a lo que me dijeron mi madre me cubrió y ella recibió el golpe del carro. Dejemos de hablar de tristezas, mejor desayune para endulzar la mañana.

─ Tengo poco tiempo conociéndola, y veo que existen los ángeles, tú, eres uno de ellos. ¡Gracias por comprenderme Rebeca!

─ No diga eso, ¡Ande desayune!

─ No, no voy a desayunar

─ ¿Por qué no? Se le va enfriar el desayuno.

─ ¿Y quién desayunará conmigo?

─ No sé por qué usted siempre quiere ganar.

─ Y a ti te encanta perder. Ni te hagas de la boca chiquita ¡Ven, vamos a desayunar!

─ Está bien patrón... Perdón Gibrael.

─ Ya tienes casi siete meses conmigo y aún no puedo hacer que te acostumbres a hablarme de tu. No eres una sirvienta, eres mi amiga, y mi compañera, obvio no es obligación que te quedes; yo sólo busco alguien para platicar y convivir, soy escritor y sin nadie a mi lado es como escribir tinta en el aire y crear una página de nada.

─ ¡Hay que desayunar!

─ ¡Gracias!

─ No hay por qué.

Gibrael termina y al levantarse toma los platos y los vasos que usó y los lleva al fregador, Rebeca lo ve y lo mira extrañada, ningún patrón se comporta igual que él, se le hacía algo muy bueno para ser realidad; ella hace lo mismo y se pone a fregar los trastes, Gibrael toma su portafolio, su saco y le dice.

Las cuatro caras de un asesino... ¿Existen crímenes justos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora