Parte 8 Libro de muerte.

11 0 0
                                    

Miércoles 16 de abril de 2014

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Miércoles 16 de abril de 2014.

19:05 hrs.

Oscar y Gibrael, se vieron en el restaurante D'Moys, para hablar de lo que estaban haciendo.

— ¿Cómo va la historia que estás escribiendo? — Le dice muy tranquilo, se notó un gusto sobre la novela que escribía Gibrael.

— ¿Estamos?... Creo y ya vimos en que trabajarías tú, no sé por qué vienes con ánimo de ayudar... El domingo compré el periódico y me llamó mucho la atención una noticia, creo y nos puede ayudar ¡Mesero!

— Pues yo leí tu borrador y me pareció interesante la historia ¿Traes el capítulo dos?

Se acerca y toma la orden. — Buenas noches caballeros ¿Qué desean que se les sirva?

— Me trae un filete Miñón con champiñones y un vino tinto. ¿Y tú que deseas? Yo invito o sea yo pago. — Le comenta muy entusiasmado Oscar,

Gibrael le mira fijamente. — Gracias Oscar, a mí solo un café negro y un Chesscake New York, por favor.

— En un momento les sirvo la orden ¡Compermiso!

Gibrael saca unos papeles de su portafolio. — Aquí tienes es el segundo capítulo, espero y lo puedas leer bien y claro para ver cuáles son mis errores, tú eres mi proveedor de ideas por si mi texto resulta con problemas de coherencia. ¿Quieres un cigarro?

— No gracias, yo traigo un puro cubano.

— Buen gusto Oscar.

— ¿Me albureas verdad?

— No, dije que tienes buenos gustos sobre el tabaco... Conseguí información de lo que sucedió con lo relacionado a la noticia, Es buena aunque aún le falta pues está en investigación el caso.

Oscar le escucha y lee. Y no tomó en cuenta las palabras de Gibrael. — He leído el inicio y es bueno, veremos lo que sucede después, no te preocupes te daré una crítica positiva.

— Toda crítica sea cual sea, ve lo negativo, no hay crítica positiva sólo es crítica.

— Cómo sea.

— Ya viene el mesero después continuaremos.

Llega y les sirve, Oscar continua leyendo; comiendo y leyendo. En cambio Gibrael enciende un cigarro, le da un sorbo a su café, saca una libreta y comienza a escribir.

— ¿Qué opinión me das con lo que has leído?

— Gibrael, este capítulo es bueno, aunque repites mucho algunas palabras, trata de cambiarlas por sinónimos, para no aburrir al lector, una sugerencia, puedes poner al asesino como que cuenta la historia.

— Gracias. Empecemos a comer.

Todo continuó y al terminar, Oscar opinó con lo que leyó del segundo capítulo de la historia, al último, se despiden, pues ya era tarde.

— La próxima reunión ¿Te parece mañana? irás ¿verdad? No vas a decir que no.

— Si, no faltaré.

— Te traes a Rebeca.

— Claro a ella la verás muy guapa.

— ¿No te estás enamorando de una sirvienta?

— Oscar, sólo te dije que la verás muy guapa pues yo la vestiré y la mandaré a un salón de belleza para que luzca como una reina.

— Para ti, porque yo tengo las mías y no sé cómo la vas a consentir, si ella es una gata.

— Espero Oscar y no vuelvas a decir eso de ella ni de ninguna mujer, si no para que voy.

— Disculpa, te prometo ya no volverlo a decir.

— ¿Por qué denigras a una mujer que trabaja en una casa? Respeta a toda mujer sea de lo que sea en lo que trabaje, ¿Quién te trajo a la vida? ¿Lo recuerdas?

— No pues sí, tienes mucha razón.

— Espero y respetes a Rebeca.

— Fue una broma, no te enojes.

— Creo y ya es tarde, nos vemos después, iré a la reunión pero ya sabes.

─ ¡Discúlpame!

─ Si a esas vamos pareces un niñito chiqueado.

─ No, sólo lo dije para enmendar mi error.

― No tienes nada que enmendar, lo hecho, hecho está, deseo

que no le vayas a faltar el respeto.

─ No, ¿Cómo crees?

─ Con eso perdemos nuestra amistad.

─ ¿Así de gacho serías?

─ Entonces no tienes palabra, mejor otro día platicamos.

─ Te prometo y te doy mi palabra de hombre y amigo que no sucederá nada ¿Irás a la reunión?

─ Confío en ti, iremos y espero que cumplas. Hasta luego.

─ De acuerdo, Gibrael, palabra de hombre es palabra de honor.

— Estoy de acuerdo.

— Nos vemos entonces.

— Hasta luego.

— No faltes y lleva a Rebeca, no le faltaremos el respeto.

― La lleve a un restaurante cuando fui por ella si vieras que guapa se miraba, cuando tú la veas dirás lo mismo.

― Tanto así.

― Parece una modelo profesional.

― No le sigas que ya me estás poniendo ganoso y la que va tener que sufrir será mi vieja ¿Tienes alguna foto de ella?

― No. Hasta luego nos veremos después.

Las cuatro caras de un asesino... ¿Existen crímenes justos?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora