El lugar en cuestión era sensacional.
Adamaris supo que desde ese día se iba a convertir en uno de los lugares más importantes y apreciados por ella. Y es qué desde que piso el lugar, su cuerpo se invadió de un aroma fresco y mañanero para nada acorde con la hora actual.
El lugar era de dos piso, grande y espacioso. En sus paredes tapizados con papel reposaban papelitos de colores, y estas, a su vez, contenían mensajes.-Buenas tardes señorita, ¿Desea una mesa?- la saludo una mujer, apenas llegó al local.
-Buenas tardes, eh si, por favor -le dijo.
-Como podrá usted observar estamos un tanto llenos de lugar, pero inmediatamente le buscaremos un sitio de su agrado - comentó la mujer -, el día de hoy seré su camarera personal así que por favor no dude en pedir mis servicios, por favor, sígame.
Adamaris pestañea cohíbida.
-Si, gracias.
Juntas emprendieron la búsqueda de una mesa disponible. Efectivamente el lugar estaba a reventar y eso que ya eran más de las cinco de la tarde.
Ambas pasaron entre las mesas y se adentraron al pasillo en donde había una escalera que conectaba con la segunda plata, pero siguieron derecho.
Las dos sala estaban llenas y había mucho personal.
Adamaris estaba encantada, su amigo en línea tenía muy buenos gustos, este ambiente sin duda era muy interesante e inspirador.
-Por aquí - la camarera la saco de su ensinamiento, y entonces, Adamaris boqueo.
Estaban saliendo al jardín trasero en donde habían pequeñas kioscos repartidos a más de veinte pies de distancia.
-Está usted de suerte, este es el único lugar disponible hasta el momento - la camarera sonrió y la invitó a sentarse-. Por favor.
Adamaris camino hacia el kiosco y se sentó en una de las cómodas sillas del lugar, justo al frente de la camarera.
-Aquí tiene nuestro menú.
Adamaris aún cohíbida agarro la carta y empezó a ojearla.
-¿Cual es la especialidad de la casa? - preguntó.
-Este lugar es reconocido por sus bebidas sorprendentes y exóticas, señorita. Pero yo le recomiendo que se incline por los cafés fríos, aportara mucho al caluroso clima.
Adamaris escuchaba cada una de las palabras mientras hojeada la carta, hasta que se detuvo en un nombre.
-¿El... Frappe? - nombró.
La camarera sonrió.
-Buena elección - le dijo, agarró la carta y salió disparada dentro del lugar.
Entonces fue cuándo se permitió pensar con claridad.
Su hermano la iba a matar si se enteraba que había roto con la dieta, pero realmente se le antojo ese café.
Sonrió y mientras esperaba la llegada de la camarera empezó a imaginarse nuevos estilos de ropa, sus colores y diseños. Realmente el enredado en las paredes era únicas, ella quería sacarle una foto al lugar.
La camarera no tardó en aparecer y le entregó su café, junto a una rosa roja.
Adamaris le frunció ligeramente su ceño confundida.
-Cortesía de la casa, provecho - explicó y se marchó.
Adamaris sonrió y antes de empezar a tomar le tomó una foto.
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Los Cambios En El Amor
RomanceAdamaris Gutiérrez es una mujer Mexicana que lucha constantemente por triunfar en un mundo en el que las medidas "90,60,90" exige constantemente una imágen perfecta y plastica. Algo muy difícil de conseguir por su apariencia. Ella, una mujer con so...