Capítulo 19

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 Carlos y Alejandro arribaron en el departamento de Joel muy tarde en la noche, llevándose la sorpresa de que éste no estaba solo, su padre, Agustín estaba allí. Por primera vez Carlos lo conocía y ambos congeniaron  muy rápido, Alejandro  aún sorprendido siguió con la corta velada con su amigo y su padre. 

—Realmente estoy sorprendido Agustín, mis padres sin duda sentirán mucha alegría al saber que estas fuera. ¡Yo aun estoy sorprendido!.

Agustín sonrió.

—Seguro que si. ¿Y cómo va todo por lo empresa?

—Más que bien, en realidad estamos preparándonos para conquistar  el continente Europeo.

—Oh, me imagino que tus padres deben estar muy emocionado, por años han intentado dominar ese mercado, y vienes tú, y haces ver lo difícil, sencillo —comenta con cierta sorpresa en su voz.— bueno aunque hubo una vez que casi, casi... pero eso ya es cosa de pasado —deja en el aire la frase. Alejandro no lo nota.

—Por cierto, ¿cuándo me dijiste que te ibas? —le pregunta Joel a Alejandro.

—El viernes en la tarde.

—Y yo sin poder moverme —se lamenta Joel, arrugando la cara y cruzando sus brazos.

—Bueno yo creo que ya me voy acostar, mañana sera otro día y el viaje me dejo cansado —Agustín se levanta de la cama, la rodea hasta llegar donde su hijo y darle un beso en la frente.— buenas noches, quedan en su casa. ¡Ah! y Alejo, por favor no le digas a tus padres que estoy aquí. Me muero por ver la cara que pondrán cuando me vean —Alejandro asiente. Agustín sale de la habitación.

—¿Realmente tu padre esta aquí? —le pregunta Alejandro a Joel, escéptico.

Joel ríe y asiente.

—La misma cara que tienes tú fue la que tenía yo hace un momento —dice, entre risas.

—La impresión hermano —asegura.

Carlos, que no estaba al tanto de la situación de su amigo y su padre, los miraba confuso.

—Dice que vino a quedarse —cuenta.

—¿Agustín? —Joel asiente.

—Momento, momento, ¿me pueden explicar de que se trata todo esto? ¿por qué tan sorprendidos que tu padre este aquí? &pregunta Carlos.

—Esa es una larga historia que no estoy dispuesto a contar, y no porque  no quiera, si no que ahora hay algo más importante que una vieja historia pasada. Carlos, Alejandro quiero contarle que... Adamaris acepto ser mi novia.

—¡Felicidades! —exclama Carlos, dándole un abrazo.— hombre, hermano nos has ganado a todo, pero estoy feliz, te lo mereces. Epa, pero tienes que presentármela .

—Así sera hermano. ¿Y tu? —le pregunta Joel, viendo a su amigo ajeno al momento.

Alejandro no sabía como reaccionar a tremenda noticia. Ciertamente su amigo se merecía ser feliz, al lado de una buena mujer y Adamaris se veía como una. Entonces... ¿Por qué él no se sentía feliz? ¿Por qué no compartía el mismo sentimiento de felicidad que Joel?. Alejandro tuvo que despertar de la burbuja donde se había ido  y sonreír, aunque no fuese una sonrisa sincera. Se obligo a sonreír.

—Felicidades —murmura.— ¿cuándo... cuándo se lo has propuesto? —se atreve a preguntar.

—Unas cuantas horas. Estaba muy nervioso, pero... apenas la ví todo miedo se esfumo —responde. ¿Entonces si fuese venido unas horas antes la hubiese visto?, pensó Alejandro, tal vez hasta su amigo no se hubiese atrevido a confesarse. ¡¿Pero en qué diablos estaba pensando?!. Se contuvo en bufar.— anda, dame un abrazo y felicítame como se debe —lo alienta, pasando por alto la expresión de su amigo. Alejandro lo abrazo, sintiéndose extraño. 

Los Cambios En El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora