-No perdamos tiempo en gente innecesaria, ¿vamos a ver las telas? -propone Adamaris.Alejandro asiente ante su pregunta, deja la carta en el escritorio y ambos se apresuran a salir a la oficina. Ya en bodega todo fue más fácil puesto que se encontraban empleadas supervisando las telas. Éstas traían guantes en sus manos y cubrebocas en su rostro, en el cuarto no había otro objetos más que los maniquíes y una que otra mesa forrada con telas blancas.
-Me gusta la suavidad de la tela y lo pulcra que se visualiza aún y en poca luz.
-Eso mismo dijo Julio cuando la vio, pero en palabras más excéntricas.
-Sobretodo el negro, pero no es ceda.
-No, no lo es, aunque es muy parecido. Carlos la descubrió hace poco y a Julio le fascinó. Al parecer la empresa viene de Hawaii, esta buscando expandirse e hicimos un buen trato.
-Si es el mismo tipo de tela -gime. -Sin duda un gran descubrimiento.
Una vez entrado a su oficina después de haber dejado a la castaña en su lugar de trabajo, se apresuró a sentarse en su puesto para regresar al trabajo.
Adamaris tacha el día en su calendario de escritorio, en una semana sería su debut por así decirlo, ya que Julio y Miranda serían los que recibirán el halago del público. ¿Cuándo tendría la seguridad de mostrarse al mundo? Pensó con aspereza.
Intentó dejar los malos pensamientos de lado, se centraría en lo que falta para que todo salga glorioso. En ese momento pensó en Alejandro, en lo emocionado que éste está con la nueva línea de ropa, sin duda lo que más le agradaba era que su trabajo ayudaría a la expansión de la compañía, y la consolidación de su imperio, el hecho de verlo feliz, de saberse triunfador la hacía sentir orgullosa y enamorada, sobre todo, enamorada locamente enamorada.
El día avanzó hasta que la tarde cayó. Se encontraba de espaldas a la puerta cuando entraron de una manera violenta. Al girarse para ver el motivo de tanta agresividad se encontró de frente con Julio, Miranda y Alejandro. Éste último traía una cara de pocos amigos, pero no era hacia ella mientras que los diseñadores hechaban chispas del coraje mientras Adamaris observa a los diseñadores anonadada al verlos llegar hoy y no el viernes como se tenía planeado. Estaba muy confundida.
-¿Qué pasa? ¡Me han dado un susto de muerte...! -exclama mientras se levanta de su asiento.
-Eso mismo venimos a preguntarte -bramó Julio de mala gana tratando de no acongojarse por aquella criatura que le había tomado tanto cariño. Adamaris frunce el ceño en signo de total desconcierto ante la tosca respuesta del diseñador. Se quedó en silencio a la espera de que alguno de ellos hable.
-¿No has checado tus redes sociales, revisado las tendencias? -le cuestiona Miranda. Ella niega despacio.
Va en busca de su bolso para buscar su celular. Para Alejandro el verla tan absorta y confundida sólo le confirma que ella no lo hizo. Miranda y Julio deben estar equivocados.
Se encontraba en la comodidad de su oficina ejerciendo su rutina después de dejar a Adamaris en su puesto de trabajo. Tras aburrirse de leer el periódico decidió mirar las tendencias del día. La cual una de ellas lo dejó sin palabras, no creía lo que estaba viendo pues el articulo decía que su competencia deslumbró a los medios y al público con su nueva temporada de ropa nombrada Victoria al honor de la dueña, había ofrecido un show espectacular y para mayor sorpresas lo hizo con los mismos diseños que ellos debutarán en una semana. Los diseños que le darían más éxito y los convertirían en la marca más comprada durante la temporada estaban siendo un éxito en la competencia.
¡¿Qué clase de locura era esa?!
Aún no tenía idea de cómo lo consiguieron o cómo lograron producirlos y sacarlos a la venta antes que ellos. Plagiando lo que sería su gran éxito. Lo primero que se le cruzó por la cabeza fue que los habían traicionado e infiltrado para robarles los diseños, al parecer Julio y Miranda pensaron lo mismo y después de reunirse con sus asesores y directivos importantes se decidió por realizar una investigación. Aunque los diseñadores ya tenían una sospechosa, alguien que había logrado en tan poco tiempo ganarse su confianza, pese a que él sabía que sólo eran especulaciones tenía que admitir que era una gran posibilidad la lógica de Julio y Miranda, asunto que lo tenía trastornado dia y noche.
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Los Cambios En El Amor
RomanceAdamaris Gutiérrez es una mujer Mexicana que lucha constantemente por triunfar en un mundo en el que las medidas "90,60,90" exige constantemente una imágen perfecta y plastica. Algo muy difícil de conseguir por su apariencia. Ella, una mujer con so...