In the paradise 07.

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Realmente no entendí esa sonrisa extraña, pero me dedique a ponerle toda la atención al especialista.

Una vez que me explico lo que tenía que decirme, bajamos a la planta baja, entramos a una habitación muy grande por cierto. Había una alberca del tamaño de siete carros de largo, él techo era de cristal, el lugar tenía una pasillo alrededor de ella en la segunda planta echo de cristal.

Michael estaba en la segunda planta, siguiendo nuestros pasos, en su mano derecha llevaba una copa con licor adentro y vestía unos pantalones negros. No vestía camiseta.

—Él es Aron. El estará contigo en la alberca para ayudarte a relajar tus músculos y así puedas realizar las dinámicas.

Asentí.

—Un gusto conocerte. —Dice el chico con el short rojo y camisa de tirantes en una sonrisa.

—El gusto es mío—Dije.

Me quite el albornoz que traía puesto y Taylor lo tomó. Deje a vista mi traje de baño que para mi gusto era demasiado expuesto.

Entrelacé mis manos en signo de pena y mire hacia donde estaba Michael viendo me, mantuvo sus ojos puestos en los míos y tomo un trago sin quitarlos de mí.

Me sentía demasiado nerviosa, con la mirada seria y oscura de Michael, me hacía sentir algo dentro de mí.

Comencé a bajar los escalones que estaban en la alberca, cuando di mi tercer paso, mi pierna me traicionó y me ladee hacia atrás. Pero no logre caer gracias a que Aron me sujeto por la cintura.

Lo mire y le sonreí: —Lo siento mucho.

—No hay problema, estoy para ayudarte.

Una vez dentro de la alberca, relaje mi cuerpo. Aron coloco una mano por debajo de mi cuerpo y me sostuvo por la espalda, con su otra mano tomó mi pierna disfuncional y la doblo hacia arriba con mucha delicadeza.

El especialista Williams está afuera de la alberca haciendo apunte de todo lo que veía.

— ¿Te duele? —Pregunta Aron con una pequeña sonrisa.

Negué.

—Siento como un pequeño calambre, pero no me duele.

—Relájate, suelta tu cuerpo, te sostendré.

—Está bien— respiré hondo y relaje más mi cuerpo.

Mire hacia al techo, sintiendo los movimientos en mi pierna, poco a poco  fui moviéndolo yo. Mi mirada se dirige hacia donde esta Michael y  él solo está allí parado, mirándome con él rostro fruncido, y tomando pequeños tragos de su copa sin quitarse el tapabocas, solo levantándolo poco.

— ¡Eso es lo estás haciendo muy bien! —Dice Aron.

No pude evitar sonreír.

Aron era un chico con una sonrisa grande, cabello castaño liso y muy optimista.

Cuando la terapia termina, Taylor me acompaña hasta mi habitación, me deja bañarme sola, cuando salgo de bañarme, veo  un par de cambios sobre la tapa del inodoro.

—Elizabeth, el señor Jackson te espera abajo para cenar.

Doy una última secada a mi cabello y me quedo allí sin creer lo que esta diciendo.

— ¿¡Michael!? —Dije sorprendida.

—Así es, no demores tanto. —Dice detrás de la puerta del baño.

Tengo ordenes de bañarme sola, y esforzarme para hacer actividades por mí misma, es por eso que Taylor no me estaba ayudando. Cuando estoy parada trato de apoyarme más en mi pierna sana para mantener el equilibrio.

Neverland | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora