In the paradise 19

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Martes en la mañana.
La habitación es silenciosa, lo único que puede relajarme en este momento son los susurros de Michael mientras duerme, abro mis ojos para encontrarme con su lindo rostro pálido frente a mi, comienzo a rezar le a la vida que esto dure más de lo debido.

Ambos recostados en la cama cubriéndonos una sábana dorada, con el canto de los pájaros.

Acaricie los rizos del cabello de Michael, mientras dormía y comencé a susurrar.

"Desde que me encontraste y me salvaste, no he dejado de rezar por ti, eres el ser más maravilloso que ha existido, el simple hecho de tenerte aquí y poder acariciarte sin que me descubras es una bendición para mí... desde hace tiempo mi mente y mi corazón dejaron de pertenecer me, por que te los has robado completamente, solo espero que un día sientas algo más por mi que agradecimiento, sólo un poco, un poco de lo inmenso que siento por ti,cuando finges que me amas en público o por el estúpido chico que nos sigue a todas partes, siento que realmente me amas, me estoy engañando, pero me estoy haciendo feliz"

Escuché a alguien detrás de la puerta, por debajo se ve la sombra de este me levanté y pegué mi mano a la puerta para sentir lo que intentaba hacer, el sonido de forzar la puerta para entrar me invade y sé que ningún personal de servicio haría esto, me giré hacia Michael, quité mi blusa de tirantes y mi pantalón pijama dejando mi ropa interior a la vista y corrí a la cama, subiendo me arriba de Michael.

Mi movimiento brusco hizo que despertara asustado y confundido.

—¿Qué rayos...?—Dice y antes que continúe lo interrumpo.
—No digas nada, solo sígueme.—Tomo su camiseta y se la quito rápido, para luego bajar su pijama y dejarlo en bóxer.

Mis movimientos lo toman por sorpresa, él parece estar en shock pero realmente no había tiempo.

Comencé a besarle como si de esto dependiera mi vida, en unos segundos Michael correspondió mis labios y me besó, por un momento creí que esto realmente estaba pasando.

Sus manos bajan por mi espalda y se deshacen de mi sostén, siento erizar mi piel, Michael estaba yendo a otra dimensión. Comencé a moverme sobre él, empezando a escuchar de sus labios unos pequeños gemidos.

Aún no puedo creer que esto esté pasando... QUIERO GRITAR DE EMOCIÓN.

La puerta se abre, y me detengo, a observar hacia la puerta, y cuando regreso a la realidad noté que mi sostén había sido retirado de mí y cubro mis pechos.

Michael confundido me mira por haberme detenido y mira hacia donde estoy mirando, el enfurecimiento llega a su cuerpo, rápidamente, Michael me abrasa y me cubre con la sábana.

Ahí estábamos los dos, mirando hacia la puerta con nuestras respiraciones aceleradas y enojados por tal intruso.

—¡¿Que demonios?! ¡¿Que te pasa?! ¡Quien te has creído para invadir mi privacidad!—Gritó Michael molesto y abrazando me fuerte.

Ese sujeto no era el chico que nos había perseguido los días anteriores, realmente creí que era él y por eso hice todo esto, el chico comenzó a sacar muchas fotos mientras se reía, estaba tomando fotos de mi desnuda.
—¡Esto se venderá rápido!—Mencionó aún tomando fotografías de mi y de Michael.

Mis ojos se cristalizan y escondo mi rostro en el pecho desbocado de Michael. De un momento a otro el coraje invade a Michael , el toma su camiseta y me la entrega para que me la ponga, y yo hago caso de su orden, el se levanta de la cama y se lanza sobre él.

—¡Imbecil!—Gritó Michael más que enojado— ¡¡¡¿Quien te da el derecho de venir, invadir mi casa, mi privacidad y sacar fotos de mi novia?!!!

Yo nunca antes había visto a Michael así.
Me levanté de la cama y comencé a gritar.

—¡Taylor! ¡Ayuda! ¡Alguien! —Desesperada salí de la habitación.

Cuando iba a la mitad del corredor Taylor sale asustada de su habitación y me mira tomando me de los brazos.

—¡¿Que pasa?! ¡¿Que ocurre?!—Dice Taylor alarmada.

—¡Hay un intruso en la habitación!—le dije desesperada!

Taylor baja las escaleras y va por los de seguridad, yo regreso rápido a la habitación de Michael e intentó separarlos, cuando de repente un golpe sale disparado a mi rostro sin aviso y cargo hacia atrás.

Mis ojos se cristalizan y me siento aturdida por el golpe, Michael rápidamente se separa del sujeto y preocupado corre a mí.

— ¡Beth! ¿Estás bien? —Dice con culpabilidad— Oh, lo siento, lo siento. —Me abrasa mientras yo cubro toda mi cara.

—E-Estoy bien, Michael.—Digo con un nudo en la garganta por el dolor.

Taylor entra corriendo y cae de rodillas frente a mi.
—Beth ¿Que pasó? Deja me verte...—Dice retirando mis manos de mi rostro.

Dos hombres de seguridad de Michael entran y toman al intruso, entregándole la cámara a Michael.

—Saquen lo de aquí —ordena Michael, con las manos en la cintura y realmente molesto—¡No es posible que este tipo de cosas pase en mi casa, para eso pago seguridad! ¡Pero qué demonios BILL!

—Lo siento Señor, su manager llegó y dijo que le abriéramos paso, por que este señor venía a hacer una entrevista, nos dijo que usted ya estaba esperándolo.— El hombre suena arrepentido.

Michael por otra parte está pensativo, molesto y decepcionado.

—Sólo llévate lo Bill.—Le dijo.

Me levanté con cuidado, toda mi vista era borrosa, de mi nariz comenzó a salir sangre y Taylor corrió por el botiquín.

Michael me ayudó a sentarme en la cama, sus ojos transmitían tristeza, no me gustaba que él estuviera pasando por esto y mucho menos que él pensara que todo esto era su culpa.

—Estoy bien, de verdad, Michael —Le insisto y tomo de su mano acariciando la.

—¿Segura?—Pregunta de nuevo.
—Si, te lo prometo...
—No sabes cuánto lo siento Beth, todo esto es por mi culpa, quizá si hubiera puesto más seguridad en la puerta... nada de esto habría pasado. —Acaricia mi mejilla.

—Michael, no tienes por qué culparte de todo lo qué pasa, a veces las cosas se salen de control, pero eso no significa que hayan sido tu culpa, ese tipo fue el que entró, tomó fotografías y me tiró un golpe.

—No lo sé Beth, yo te metí en esto... tendría que haber me negado.

—Todo estará bien Michael, esto no ha sido nada más que una experiencia, hay que seguir adelante—le sonrió.

Él trata de sonreír y asiente.

—Michael...—comencé a tornarme rojiza, tan solo de acordarme de hace diez minutos cuando estábamos en la cama— lo de hace rato, yo... escuché que alguien quería entrar y pensé que es el chico que nos sigue a todas partes, y solo quise que él pensara pues... ya sabes, que no estábamos fingiendo, no me gustaría que pensaras que soy una...

Él comenzó a reír leve con su rostro rojizo.

—Lo sé, Beth, sé que tú no querías nada más que fingir, te agradezco que hayas pensado en ese aspecto, y cuando lo note te ... seguí. Para mi es muy valiente, todo lo qué haces es muy valiente. Tener que pasar por todo estoy y tu valentía para besar a alguien como yo es increíble.—señaló su rostro y en especial su nariz, cuando quise hablar y decir le lo que yo sentía por él no era nada forzado, ya era muy tarde Taylor había entrado con un botiquín y comenzó a limpiar mi nariz.




¡Muchas gracias por seguir aquí junto a mi y mis alocadas ideas! Te envío mucho amor y mucha paz. Con amor ¡Jackey!

Neverland | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora