In the paradise 31

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Los solitarios días pasaron tan lentos como nunca. Mañana sería el día en que Michael regresaría, por unos días y después regresaría a la gira. Había dormido muy bien, me estiré en la cama, sinceramente no quería levantarme de la cama, estaba tan cómoda.

Me senté en la cama y vi mis piernas desnudas y la camiseta de Michael cubriéndome el dorso y la mitad de mis piernas. Me había puesto la camiseta de Michael para sentir su aroma, lo extrañaba mucho.

Tocaron la puerta.

—¡Adelante! —Dije y la puerta se abrió.

—Buenos días, señorita Jackson. —La chica entró muy sonriente.

Reí leve: —Buenos, días Tay. ¿Por qué la alegría? —Le digo.

—Pues, ya sabes... de esas veces que uno se levanta muy emocionada por un día más—Estaba tan rara, sabía que me ocultaba algo, la miré algo confundida.

—Digamos que te creí todo lo que dijiste. —Sonreí.

Ella sonrío: —Señorita Jackson, ¿Por qué no me cree?

Sonreí y me levanté de la cama: —Por qué la Taylor que conoce no se levanta con un buen ánimo un lunes por la mañana. —Dije.

Ella sonríe: —Bien, supongo esta es la nueva Taylor.

—Ya veremos los demás lunes—Sonreí y me estiré. —Oye ¿Y esas flores? —Le digo.

—¡Oh! Venía a decirte que acaban de llegar. —Me sonríe y sonreí muy emocionada.

Me acerqué a ellas: —¡Dios son preciosas! ¡Me encantan!

Taylor ríe leve: —Has dicho lo mismo con todos los ramos que te manda el señor Jackson.

—¡¿Cómo no me van a encantar?! ¡Si me derrite el corazón con cada palabra que escribe! —Digo abrazando el florero con las nuevas flores que me había enviado, Michael. —¿¡Cómo le hace ese hombre para ser tan perfecto?! —Dije derritiéndome.

Taylor comenzó a reír. —Tranquiliza tus hormonas.

—Están todas locas siempre que pienso en él, así que no esperes que estén tranquilas—Reí.

—Bien, entonces te veo abajo cuando estés lista ¿Bien?

—Seguro. —Sonreí.

Taylor salió de mi habitación y me giré para leer la nota que venía.

"Cada día es una tortura para mí estar lejos de ti, espero con ansias abrazarte y sentir una vez más los labios que me traen devuelta a la vida, mi corazón late cada milisegundo por ti, espero que este pequeño detalle te haga sentir una vez más mi amor" —Con mucho amor, Michael.

Suspiré contenta y las miré.

—Te amo tanto...—Sonreí y susurré.

Unas manos grandes y cálidas recorren mi cintura y acaricia mi vientre, junto a esa voz ronca y excitante que tanto me hace estremecer me susurra al oído: —Veo que te han gustado mis flores.

Mi corazón comenzó a golpear mi pecho más fuerte. Me giro rápido y lo abrazo del cuello, haciendo que me cargara por las piernas: —¡Mi amor! —Le dije completamente feliz. El comienza a reír por mi emoción.

—Buenos días, cariño. —Sonríe y me acerca a él.

—¡Pero! ¿No volvías mañana? —Dije emocionada.

Él sonríe.

—No, quise sonar como si no me hubiese gustado verte aquí hoy, pero... ¡Dios, no puedo creer que ya estés aquí! —Sonreí. Y lo besé muchas veces y él comenzó a reír.

Neverland | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora