In the paradise 20.

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Michael y yo habíamos pasado un par de minutos callados mientras Taylor limpiaba la sangre de mi nariz.
Él mantenía su cabeza agachada mientras yo lo miraba haciendo le más difícil el trabajo a Taylor, pero realmente quería saber lo que pasaba por la mente de Michael, y sabía que mirarlo no me lo diría.

—¡Bill!—Grita Michael de la nada. Asustándome un poco.

Después de unos segundos llega Bill, quien estaba esperando afuera de la habitación.
—¿Si, señor?
—Reúne a todo el personal, habrá una junta en mi despacho.—Dice Michael sin ningún atisbo de alegría— También quiero que llames a Stephen, cítalo en dos horas.
—Como diga señor.
Bill abandona la habitación en cuando Michael dio la orden.

Me quede muda, realmente, Michael estaba molesto.

—Eso te incluye a ti, Taylor, en cuando termines de sanar a Beth, te reúnes en mi despacho.—Dijo calmado.

—Si señor, como usted diga, ya solo le daré unos analgésicos para el dolor y habré terminado.
—Perfecto...—Dice y me mira, tomando mi mano en una caricia.— ¿Como te sientes?

—Estoy bien, ya pasó todo, no siento dolor realmente.—Le sonrío— ¿Que tal esos golpes en tu rostro? Taylor necesita revisarlos.

—Mis golpes no importan, no duelen en absoluto, lo único que importa es que tú estás bien y que nuestras fotos no serán publicadas.

No puedo evitar sonreír y retirar mi mirada de Michael para agacharla, ahora, estoy sintiendo mucha vergüenza, aún siento su piel acariciando la mía y mi mente se hecha a volar.

—Iré a bañarme, para reunirnos en el despacho. —Dice besando mi frente y dejándonos a solas a Taylor y a mí.

La imagen de nuestros cuerpos unidos, y sus caricias vuelan por mi mente, perdiéndome por minutos, ese hombre me tiene loca, mucho más loca que nunca y no encuentro la razón de tanta perfección en él.

—Él te aprecia, se le nota en los ojos, Beth—Dice Taylor en susurro y más sonriente de lo normal.

Sonreí.
—¿Por que lo dices? Tay —La miro con pena.
—Por que se ve que tú también lo quieres, se te nota desde un kilómetro de distancia, además, él tiene un comportamiento diferente contigo.

—¿Diferente? —Pregunto, queriendo saber más a detalle.
—Es más comprensible, más atento, más él, es difícil de explicar, cuando la señorita Lisa Presley vivía aquí, el comenzó a ser más callado, más reservado, y aveces más exigente. Esa mujer lo traía loco...

Me quedé callad sin saber qué contestar.

—Ustedes hacen bonita pareja, Beth.—Sonríe— Eres una mujer sencilla, muy risueña, carismática y se nota que lo quieres más que a un amigo.
—A ti no te puedo mentir, y ahora que estamos en confianza, pues si, siento muchas cosas por él, que nunca había sentido por nadie, y es difícil a veces decir le "mi amor" cuando él no siente lo mismo por mi.
—Da le tiempo al tiempo, y verás que pueden cambiar muchas cosas.
Asentí
—Tay, cuéntame de la vez que Michael me trajo aquí.

—El entró contigo en sus brazos, sus ojos estaban rojizos y llorosos, lo conozco tanto que sé que en cuanto él te vio, y pensó que estabas muerta, te trajo aquí con esperanza de salvarte. Y lo hizo, él siempre estuvo junto a ti, sin despegarse de ti, día y noche, durante una semana y media, lo veía preocupado cuando él rezaba y le pedía a Dios por ti y tú no dabas señal de despertar, se retiró por tres días por asuntos de la disquera, pero recuerdo que le costó tanto separarse de ti... él me decía "Taylor, cuídala mucho, no te despegues de ella" y recuerdo que llamaba a cada hora para saber si ya habías despertado, el cambio de voz se le notaba cuando le daba las malas noticias que aún no despertabas—Sonrió leve mientras me contaba— cuando se enteró que habías despertado movió mar y tierra para adelantar su viaje de trabajo, él es un hombre muy especial Beth, y sé que él día en que se enamoré de ti, su amor estará unido por siempre.

Neverland | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora