In the hell 36

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La puerta se abre y Michael aparece. —Buenos días.

Lo miré y me acerqué a él para besarlo: —Hola mi amor—Sonreí— Tu padre llamó esta mañana y me pidió que le enviara la lista de los conciertos de este año. Espero que no te moleste, le envíe una copia.

Me sonríe y me acaricia la mejilla: —No te preocupes, mi amor. Está bien. Gracias. —Dice y deposita un beso en mis labios. —Te ves tan hermosa el día de hoy—Me susurra.

Mis mejillas se tiñen: —Muchas gracias—Sonreí— Mi amor ¿Quieres que te espere para ir al local? Desayunaré con Taylor y después saldremos.

—Creo que hoy no podré acompañarte, cielo, tengo una junta en media hora con Sony. —Me dice—Pero esta noche paso por ti ¿Te parece?

Asentí. —Bien, amor. Ten un bonito día. —Digo y beso sus labios por última vez.

Daban las siete de la noche estaba en el estante recargada pensando en la reacción de Harry.

—¿Estás preocupada por algo? —Me dice Taylor barriendo.

La miro y quito mi postura: —No, sólo pensaba en Harry. —Digo.

—¿Harry Benson, el de Sony? —Me pregunta inquieta.

—Sí, y no de la manera en que estás pensando. —Le advierto— Es sólo que ese hombre siempre me mira con morbo, y hoy por la mañana estuvimos solos en el despacho de Michael, él se mantuvo haciendo comentarios de coqueteo y le pedí que no lo hiciera, pero... cuando me preguntó sobre mi cicatriz en la pierna y le conté, se puso pálido y parecía sorprendido. —Le digo— Y fue muy extraño todo eso. No logro entender porque se puso así. —Le digo.

Taylor me miraba con atención. —¿Crees que sepa algo? —Me pregunta.

—No lo sé. —Digo y comienzo a hacer el corte de las ventas del día. —Supongo que no se esperaba que le contara o algo así.

—Sí, seguro, pero también creo que es muy extraño.

23 de septiembre de 1992

Había pasado dos meses desde que el Dangerous tour empezó. Hace un par de semanas tomé un vuelo al fin para acompañar a Michael en su gira, hoy estaba dando su último concierto en España. Me regresaré a Los Ángeles mañana por la mañana, necesito ponerme al corriente con el local. Taylor me ha estado ayudando con el local estas dos semanas y realmente ansío volver, necesito estar haciendo algo productivo.

Estaba terminando los vestidos que lanzaré en la próxima colección, moría por ver la impresión que tendría la gente. —¿Aun no puedes dormir? —Dice Michael en el marco de la puerta corrediza que daba al balcón del hotel.

Lo miré, estaba sentada en un cómodo sofá. —No, aún no. Lo lamento ¿Te desperté? —Pregunto y él sigue sentándose en el sofá, toma mis piernas y las pones en las suyas.

—No, cariño. Tampoco podía dormir. —Me dice.

—¿Estás preocupado por algo? —Le digo dejando mi libreta y mi lápiz en la mesa.

—No, sólo que no me gustaría que te vayas mañana. ¿Por qué no te quedas? Falta poco para que sea octubre y terminar la primera etapa del tour. —Me mira. —Tu compañía me gusta.

Sonreí leve. —Yo también quisiera quedarme, cielo, pero necesito estar en el local y hacer algo productivo, además que prometí que regresaría para ver las telas de mi nueva colección.

—Lo sé. Creo que estoy siendo muy egoísta ¿No es así? —Me mira algo triste—Lamento serlo. Sólo que haces que estar de tour sea menos estresante y que lo disfrute más. Sé que tienes compromisos en Los ángeles siento ser insistente. —Me dice y acaricia mi pierna.

Neverland | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora