사십구 - Forty Nine

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- ¡Que comience el round tres!

Jungkook se escabulló entre la gente y aunque Jin lo quiso impedir, llegó hasta el extremo donde se encontraba Taehyung, golpeado y algo cansado.

Namjoon le había retirado sus dones, si quería competir, debería ser justo, así que tomó una pastilla que le impedía sacar al verdadero Taehyung, misma que le dió Nam.

Estaba todo sudado, jadeando y con su labio roto.

- ¡Kim patadas locas Taehyung!

El menor llamó su atención y éste, algo sorprendido se giró a verlo entre la multitud.

- Jung-... Kook.

- Escúchame bien, no necesitas tus dones para hacerlo mierda, tú ya eres un ganador... Y si piensas que no puedes hacerlo, estás muy estúpido... Deja de jugar y rompele la jeta como le rompiste la cabeza a los chicos que me molestaron.

Taehyung sonrió y se incó para estar a la altura de Jungkook.

- ¿Que recibo a cambio?

Lo miró con picardía y el menor con rubor sonrió ladinamente, aún no se le quitaba por completo lo avergonzado y tierno.

- Lo que quieras.

Musitó feliz.

- Me compraras una cubeta de helado de chocolate entonces... La quiero después de la pelea, Jungkookshi.

Revolvió su cabello y el menor ruborizado tomó su mano.

- No la necesitas pero... Suerte.

Jaló la mano ajena hasta topar la muñeca con sus labios y succionó esa parte, dejando un pequeño hematoma.

Taehyung sorprendido y más que comprometido a ganar esa pelea, se levantó y lamió el hematoma guiñándole un ojo al pequeño.

Sacudió todo su cuerpo y dejó de tensarse.

- Basta de juegos Zico.

Sonrió cuando sonó la campana para comenzar el último roud.

Golpes, caídas, más golpes, jadeos, gruñidos, gritos, más y más golpes.

Era todo lo que sonaba en ese ring, Jungkook miraba con efusividad a Taehyung y a la par con él, golpeaba al aire.

Cuando el mayor lo pilló haciendo eso no pudo evitar reír en medio de la pela.

Más golpes, más y más golpes, por parte de ambos.

Jungkook no dejaba de animar al mayor, más y más alto, sentía que su garganta sangraría, pero solo le ardió.

Dos minutos para que el round terminara y cuando Taehyung pensó que no podía más, un recuerdo algo borroso se apoderó de él.

- ¡Taehyung no! ¡¿Qué haces?! Es tu hermano.

- ¡No es él!

Miraba rostros borrosos, golpes, sangre.

- No solo me sacaste... También me diste forma...

Una sonrisa macabra con ojos dorados.

Un chico con cabellos azabaches corriendo a su lado, una mordida, una sonrisa tierna.

- ... No dejaré que esta cosa dentro de mi te haga daño.

- ¡Taehyung!

El grito de Jungkook lo trajo de vuelta y esquivó el golpe que iba directo a si mandíbula.

Lo salvó de un knockout y de inmediato se repuso.

Agitó su cabeza y tratando de volver en si al cien porciento, esquivaba los demás golpes.

Menos de un minuto para acabar.

- Dulces sueños... Adath.

Taehyung con una mirada seria pero que era penetrante y macabra devolvió el golpe que esquivó.

- Vuelve a tu cueva zorro.

Le dió justo en la quijada, dejándolo tendido en el ring.

La campana sonó y Taehyung ganó la pelea.

Pero no se veía feliz, se veía perdido y en lugar de quedarse a festejar, se colocó una toalla en su cabeza, se quitó los guantes y dejándose las manos vendadas, bajó del ring con la cabeza agachada y serio.

Jungkook estaba feliz y gritaba de alegría, pero al verlo así, su semblante cambio a uno preocupado.

Taehyung pasó a su lado, lo miró de reojo y jaló su muñeca.

De entre toda la multitud, dejándolos con la boca abierta, salió del gimnacio con Jungkook a su lado.

Entonces llegaron a los vestidores y cerró la puerta detrás de ellos.

- ¿Qué pasa?

Preguntó preocupado Jungkook.

Taehyung lo miró con un tanto de tristeza y confusión.

- Eso quiero saber.

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