Trataba de mostrarme los más contento posible ante las fanáticas, todas se veían tan felices de conocerme a mí, Norman, Andy o Alanna. No podía defraudarlas solo por temas que aún no estaban confirmados.
Nos tomamos un descanso, todos fuimos escoltados a una sala donde habían diversas comidas y bebestibles. Tomé el teléfono rápidamente apenas estuve lejos de todos, esas fotos me seguían carcomiendo la cabeza. Pase foto tras foto y era sin lugar a dudas Alex, mi Alex.
Alanna tocó mi hombro y me sobresalté, asustándola también. Sonreí como disculpa.
— ¡Lo siento! —Alanna levantó sus manos y río.
—No te preocupes, ¿Sucede algo?
— ¿Estás bien Jeff? Te he visto algo distraído, y tienes una sonrisa que se ve realmente falsa.
Solté un suspiro y pase mis manos por mi cara, confiaba en Alanna y sabía que Alex también lo hacía.
—Me han llegado unos mensajes, y me han carcomido la cabeza todo el día. —Extendí el teléfono con los mensajes. Alanna miró las fotos para luego mirarme a mí.
—No creo que sea cierto Jeffrey, Alex te quiere demasiado para hacerte algo así. Y confío plenamente en mi amiga.
—Yo simplemente no sé en que confiar, Alanna. Ella no me había comentado de él o algo así. —Ella frunció el ceño.
— ¿Esperas que ella te cuente todo sobre sus amigos? El mundo de Alex es tan grande como el tuyo Jeffrey, además ella solo está abrazada con él.
— ¿P-Pero y si tienen algo? —La morena negó.
—Estás pensando demasiado en la situación, está noche podrás hablar con ella cara a cara y aclarar la situación.
Asentí y le agradecí. Horas más tarde me encontraba frente a la puerta de su apartamento, mi corazón palpitaba a mil por hora, temía escuchar su respuesta.
Toque la puerta con mis nudillos y segundos después ella apareció junto a Bisou y Bucky. Tenía su típica sonrisa en el rostro pero apenas vio mi rostro desapareció.
—Amor, ¿te encuentras bien? —Se acercó con el ceño fruncido, corrí el rostro cuando ella quiso tocarlo.
— ¿Podemos hablar? —Ella asintió y me dejo pasar.
Les di un leve cariño a ambos animales y me senté en el sofá. Ella se sentó al frente mío con el ceño fruncido. Le había molestado el cómo había actuado.
— ¿Se puede saber que te sucede?
Saque el teléfono y abrí los mensajes mientras se los extendía. Mi rostro tenía un semblante serio, como el de ella.
— ¿Y creerás unos estúpidos mensajes que no tienen remitente?
— ¿Quién es él?
Ella me miro con una ceja alzada.
—Un amigo, Jeffrey.
—Nunca me hablaste de él.
— ¿Tengo que contarte todo sobre mis amigos ahora? ¿Eso estaba estipulado cuando comenzamos nuestra relación?
—No me dijiste que saldrías con alguien.
—No te contaré todo lo que hago o con quién salgo Jeffrey. Eres mi novio no mi padre.
—No estoy diciendo eso Alex, solo que nunca lo mencionaste.
— ¿Entonces tengo que darte una maldita lista con todos mis amigos sólo por qué mi novio es una maldito desconfiado? ¿Te estás oyendo Jeffrey?
—Claro que lo hago, pero si el caso hubiera sido al contrario tú estarías tan molesta como yo.
Ella volvió a reír está vez sin gracia y se levantó de su asiento.
—No Jeffrey, no sería como tú. ¿Sabes por qué?, porque confió en ti, sé que no me harías daño. Pero, ¿sabes algo? Acabo de darme cuenta que tu no confías lo suficiente en mí, como yo lo hago contigo.
—Confió en ti Alex.
—Necesito que te vayas Jeffrey.
—P-Pero...
—Por favor. —Me miro con sus ojos cristalizados.
Asentí y agarre a Bisou. Apenas estuve fuera del departamento me voltee a observarla, ella me estaba mirando desde el umbral de la puerta.
—No quiero verte por un tiempo Jeffrey.
—Alex...
—Esto se acabó Jeffrey.
Ella cerró la puerta y mi corazón se rompió. La oí sollozar al otro lado.
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