28.- Last time?

782 84 0
                                    

ANTES DE LEER: Recomiendo leer el capitulo con la canción que deje arriba. 

(*  *  *)

La misa termino tan rápido como empezó, pude ver por el rabillo del ojo que Alex les decía algo a Lauren y Andrew para luego marcharse hacia el lugar donde se encontraba Luke. Lincoln camino a mi dirección.

— ¿Te parece ayudar a sacar el féretro?

—Claro. —Murmuré.

Ambos comenzamos a caminar a través de las personas, tratando de hacernos espacio para llegar al lugar que queríamos.

— ¿Cómo te encuentras? Hace tiempo que no he sabido de ti. —Mi amigo me dio una mirada rápida.

—He tenido días algo movidos. Pero he estado bien o estoy tratando estarlo.

—No pareces estarlo, te ves como la mierda amigo.

—Gracias por recordármelo. —Rodé los ojos—, Alex me ofreció su amistad, nada más que su amistad.

—Oh... —Andy se oía claramente sorprendido.

—Yo estaba igual cuando me lo dijo.

Ambos llegamos y nos encontramos con un Luke con lágrimas corriendo por su rostro. Me acerque y cuando estuve a su lado apreté su hombro dándole apoyo. El hombre me vio y se abrazó con fuerza mientras murmura palabras que no lograba entender por culpa de las lágrimas.

—Hey, tranquilo. —Palmé su espalda.

—La extraño demasiado. —Murmuró.

—Abuelo... —Tom apareció dentro de mi campo visual, poso una mano en la espalda de Luke.

Luke se separó de mí mientras quitaba las lágrimas de su rostro, nos miró a ambos y tomo una respiración profunda.

—Es momento de dejarla ir, saquemos el féretro.

Seis personas nos acercamos para poder tomar el cajón donde yacía el cuerpo de Eleanor, Alex se encontraba tocando la tapa de este como la mirada perdida. Luke toco su hombro suavemente para poderla sacar de su nube.

—Es hora hija. —Alex asintió, miro hacia mí y por unos segundos sus ojos conectaron con los míos para luego cortar la conexión y comenzar a caminar hacia la salida uniéndose Alanna, Lauren y Christian.

(* * *)

El cementerio no se veía tan lúgubre como otras veces, de hecho alrededor donde iba a yacer el cuerpo de Eleanor se encontraba con coloridas flores y unos metros más allá había un árbol.

—Me gustaría decir unas palabras. —Luke se acercó al improvisado podio—. Bueno muchos de los presentes conocían a mi amaba Eleano, si no, no estarían aquí. Todos saben cómo es era ella, una persona llena de amor y sabiduría, puedo estar seguro que más de alguno le habrá pedido un consejo. —Sonrió con tristeza—. Conocí a mi amada en una cafetería donde ella trabajaba sesenta años atrás, ambos éramos dos chiquillos de dieciséis años que no sabían qué hacer con sus vidas. Me gustaba que me atendiera ella, con su sonrisa despampanante y su excéntrica personalidad, siempre la oía cantar canciones de Elvis y eso me hacía sentir celoso. Eleanor me ayudo demasiado en esa época, se volvió mi mejor amiga, mi compañera y mi amada aunque ella no lo supiera, recuerdo el día que me arme de valor y le dije: ''Yo solo quiero tomar contigo el primer café de la mañana, me basta con eso. Pero tiene que ser cada mañana, durante el resto de nuestra vida. ¿Te apetece?'', nunca había hecho una confesión antes y estaba seguro que ella saldría arrancando pero me sorprendió cuando ella chillo y se lanzó a mis brazos gritando un ''sí'' con Elvis de fondo.

>>Esa fue la primera de muchas mañanas que pasamos juntos. —Continuó—. Por ahí llaman amor lo que sentía por Eleanor y lo que mucho de ustedes sienten por sus respectivas parejas, pero yo le he puesto su nombre, el suyo; espero que no le importe. —Murmuró mientras se le quebraba las voz, tomo una respiración profunda—, muchas gracias a todos por estar aquí.

Luke finalizo con su discurso, bajo del podio y se acercó a Alex pasando una mano por sus hombros. El féretro comenzó a descender lentamente dándole fin a la larga vida de Eleanor junto a sus seres queridos.

Levante la mirada justo en el momento que Alex se separó de Luke para poder caminar hacía el árbol, me aleje discretamente de las personas que había para seguir el camino que Alex había recorrido.

—Esto es como la mierda Jeffrey, el abuelo no se merece esto. —Murmuró.

—Todo sucede por algo. —Me acerque y pose una mano sobre su hombro.

—Si dios existe, tiene una manera muy extraña de enseñarnos de la vida.

—Ven aquí. —Abrí mis brazos.

Ella se acercó apoyando su cabeza sobre mi pecho, la abrace con fuerza mientras le murmuraba unas palabras para poder tranquilizarla.

—Gracias por estar aquí.

—Te prometí que siempre estaría ahí para ti.

Ella asintió mientras me volvía a abrazar con fuerza, no quería decirlo en ese momento pero sentía que ese momento era una despedida y eso no me gustaba para nada.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Serendipia » Jeffrey Dean MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora