27.- Funeral.

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Me voltee por enésima vez en la cama para poder conciliar el sueño, pero me era imposible. Desde que había llegado de la casa de los abuelos de Alex todo rastro de sueño se había esfumado. Mire la hora desde mi teléfono, marcaban las nueve con treinta de la mañana solté un suspiro de cansancio. El sonido del timbre me hizo levantarme.

— ¿Norman? —Mire con extrañeza a mi amigo.

—Hola amigo. —Sonrió con nerviosismo.

—Hola. —Murmuré—, hola Mingus. —El hijo de Norman entro luego de abrazarme como forma de saludo.

—Vinimos con el desayuno para luego ir donde Alex. Ya sabes, el funeral. —Murmuró.

Me paso un vaso con café y un pastel para luego repetir la misma acción con Mingus.

—Gracias.

—Ayer hablé con Alex. —Levanté la mirada—, no se oía tan mal.

Norman miro a su hijo para luego volver a mirarme, fruncí el ceño. Norman nunca era tan nervioso y tan misterioso.

— ¿Te encuentras bien? Estas extraño. —Reedus se atoro con su café.

—E-Estoy bien, digo ¿Por qué no lo estaría? Pff... —Mingus golpeo la pierna de su padre.

—Ayer peleo con mamá, esta alterado por eso. —Mingus miro a Norman y luego me miro a mi. Asentí no muy convencido.

—Oh, qué mal. No mencionaste nada ayer.

— ¿No? Dios, que olvidadizo soy. —Rio con nerviosismo.

(* * *)

Los tres llegamos a la iglesia donde se celebraría la misa antes de partir al cementerio, una gran cantidad de personas se encontraban dentro dándole el pésame a Luke y su familia. Nos acercamos para poder saludarlos. Alex apenas me vio se tensó.

—Hola. —Murmuré.

—Hola Jeffrey, gracias por venir. —Respondió y me dio una sonrisa algo tensa.

— ¿Te encuentras bien? —Alex miró a Norman con nerviosismo para luego mirarme a mí.

—Dentro de lo que se puede estar. —Asentí como respuesta. Le di un beso en la frente para luego saludar a Luke.

— ¡Jeffrey! Gracias por venir hijo.

—Siempre estaré para apoyarlos. —Sonreí levemente, por el rabillo del ojo vi como Norman y Alex murmuraban algo, ella se veía algo molesta.

—Ayer no durmió mucho, tuvo una noche complicada. —Luke miro a la dirección que yo hacía.

— ¿Le sucedió algo? —Él se encogió de hombros.

—Realmente no lo sé, no me lo quiso decir. Además hoy vinieron sus padres. —Me señalo con la cabeza la dirección opuesta de la iglesia. Un hombre con traje y una mujer con vestido tenían la vista al frente, Alex y Tom tenían ciertos rasgos de ellos.

—No debe ser un buen día para ella.

—No lo viene siendo desde que rompieron. —Murmuró para luego palmear mi hombro—, espero que hayas leído la carta. —Asentí con una leve sonrisa.

—La leí bastantes veces.

—Me lo imaginaba. —Sonrió.

Me despedí para luego seguir mi camino a unos asientos vacíos cerca de mis amigos, todos habían llegado antes y ya habían tenido la oportunidad de saludar a Alex.

— ¿Cómo te encuentras? —Alanna me miro, me encogí de hombros.

—No tan mal como Alex. —Suspiré. Alanna poso una mano sobre mi hombro.

—Todo mejorará. —Murmuro. Sonreí mientras asentía.

—Gracias. —Mire a mi amiga y ella formo una leve sonrisa en sus labios. Alanna tenía un efecto tranquilizante en las personas que agradecía en ese momento.

La misa estaba a punto de comenzar, Luke se sentó frente al féretro mientras que Alex miro a nuestra dirección para luego encaminarse hacia esta. Se sentó al lado de Andy al lado contrario de donde estaba yo. Solté un suspiro mientras bajaba la mirada, ella quería estar lejos de mí. 

 

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Serendipia » Jeffrey Dean MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora