Seguimos hablando de cosas al azar hasta que terminamos de comer, pagamos y salimos del café.
-¿Dónde quieres ir?.- la mire con una sonrisa.
-¿Te molestaría que te llevara a un lugar?.- sonrió y desvío su mirada a la calle.
-Claro que no.
Caminamos y caminamos hasta que llegamos a un parque en altura que permitía observar gran parte de la ciudad de New York.
-Ven.- tomo mi mano y una corriente paso por mi cuerpo.
Nos sentamos en un asiento que hacia que la vista de la tarde se viera más hermosa de lo que ya era.
-Vengo aquí cada vez que necesito distraerme o pensar.
-Nunca lo había visto.- mire fascinado la vista que tenía delante de mi.
-Muy poca gente se dedica a observar las cosas que lo rodean en esta ciudad, Jeffrey.
-Eres muy profunda a veces, ¿lo sabías?.- ella rió negando con la cabeza.
-Me lo dicen a veces.- me miro y sonrió.
Las dos oportunidades que había tenido de estar con Alex, me di cuenta que por más silencio que había entre nosotros, no era incómodo, era reconfortante, ella lo hacia reconfortante.
-Dime alguna palabra que te describa.- la mire con una sonrisa.
-Nefelibata.- volvió su vista hacia mi.
-¿Nefelibata?
-Es una persona soñadora, que no se apercibe de la realidad.
-Interesante.
-¿La tuya?
-Arriesgado, o tal vez arrebatado, es difícil decidirlo.- reí.
-Me gusta más como te queda la palabra bonhomía.
-¿Que es eso?
-Sencillez, bondad y honradez en el carácter y el comportamiento de una persona.
-¿Alex?.- ella me miro.
-¿Si?
-Me encanta cuando dices palabras difíciles.- ambos soltamos una risa.
-A mi me encanta cuando tratas de comprenderlas.
Seguimos observando nuestro paisaje que ya comenzaba a tomar la típica vista de New York de noche.
-Cuando llegue a esta ciudad por primera vez jamás pensé que estaría donde estoy ahora, mis padres se habían encargando de llenar mi cabeza de rechazo y el constante fracaso que decían que tendría, que cuando me contrataron, llore toda la noche.- rió sin ganas.
-A veces las personas pueden ser muy crueles, Alex.
-Lo sé, sólo que no pensé que ellos serían los encargados de serlo. Se supone que ellos están para apoyarte aún cuando tomes una mala decisión.- me miro y sonrió sin ganas.- hoy me entere que mi hermano fue papá, y ninguno me llamó.
-Lo siento.
-Oh, no lo sientas, no es tu culpa Jeffrey. Nos hemos visto dos días y me hiciste sonreír más de lo que lo hicieron mis papás por dieciocho años.
-¿Nunca ninguno se volvió a hablar?
-Los llamé un par de veces, les deje mensajes, pero nunca devolvieron nada.- se encogió de hombros.- deje de insistir.
-Tal vez fue para mejor, tienes a tus abuelos, trabajas haciendo algo que te gusta, tienes a Bucky.- ambos reímos.- y tienes un nuevo amigo.- me señale.
-Gracias Jeffrey.- ella sonrió.
-No tienes que agradecer nada Alex.
Ella posó su vista en mi y luego apoyó su cabeza en mi hombro mientras seguimos observando la vista que nos dejaba la ciudad delante de nosotros.
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