Ya no tenía un admirador, ni un asistente, ni un amigo. Sus débiles sollozos eran acompañados por el sonido de una vieja pluma contra el papel, y su traje negro parecía indicar que el pobre hombre iba a asistir a su propio funeral.
Incluso la constante multitud en aquella estación de tren que día a día cuestionaba su existencia se mantenía callada al verlo.
El loco estaba llorando, así que era mejor dejarlo solo. Nadie sabía cómo podía actuar un demente de corazón roto.
Al maestro Joseph Howe le habían roto el alma en tres pedazos.
—¿Alguna vez lo has perdido todo? —Preguntó al viento, quien solo podía abrazar con frialdad al único hombre que le hablaba sin temor— Yo siento algo parecido.
Esperó respuestas, pero el viento no sabía hablar. Nadie le había enseñado.
—Siento que ahora mismo lo tengo todo, menos a alguien con quien compartirlo.
ESTÁS LEYENDO
|| HOWE ||
Short StoryHowe era un hombre extraño. Un demente. Un desequilibrado. Howe era un hombre desconocido. Un incomprendido. Un repudiado. Howe era un hombre soñador. Un iluso. Un romántico. Howe era un hombre. Howe era un loco.