Our Lips Are Sealed (Clexa AU)

Capítulo 20

CAPÍTULO VEINTE

Habían pasado la mayor parte de la tarde conduciendo, para cuando llegaron a la casa la noche había caído, sólo llegaron con unos minutos de diferencia. Entre todos bajaron las maletas y las llevaron dentro de la casa, la noche era fría, y teniendo el mar a unos pocos metros no ayudaba demasiado.

-¿Cómo repartiremos las habitaciones? –Preguntó Raven mientras se dejaba caer a lo largo del sofá que había en la sala, Niylah encendió la chimenea ambientando la casa un poco.

-Yo solo, ustedes donde quieran. –Respondió con una sonrisa Murphy.- Mientras ustedes deciden donde dormir, prepararé algo de cenar. –Murphy tomó su maleta y se dirigió a una de las habitaciones que se encontraba en esa misma planta, la cual era de huéspedes.

-¿Sabe cocinar? –Preguntó Clarke observando a Niylah, quien se encogió de hombros como respuesta. En esos momentos Murphy regresó de la habitación y se dirigió hacia la cocina, dejando a las mujeres solas.

-Compartiré habitación con Raven –Anya se acercó a su novia, quien se inclinó hacia delante dejando que la chica se sentara, y cuando Anya lo hizo, Raven recargó su cabeza en el regazo de su novia.

-Octavia y yo compartiremos una. –Para sorpresa de todas, aquellas palabras fueron dichas por Costia, quien tomó su maleta y se dirigía escaleras arriba.- ¡Y nos quedaremos con la mejor! –Gritó cuando subió el último peldaño, Anya se levantó rápido, haciendo que Raven cayera al suelo. Anya y Lexa tomaron sus maletas, y corrieron escaleras arriba para quedarse con una buena habitación.

El resto de las chicas, tomaron sus respectivas maletas y las siguieron, encontrándose con que cada una ya había escogido una. Para sorpresa de todas, Costia había tomado la habitación que tenía dos camas, mientras que Lexa y Anya había escogido entre las que tenían camas matrimoniales, dejando así una habitación para compartir entre Niylah y Jennifer.

Clarke entró en la habitación que ya se encontraba Lexa, dejó las maletas a un lado y observó a la castaña, recostada sobre la cama. Clarke se acercó lentamente hasta recostarse a su lado, Lexa se giró para observar a la rubia y una sonrisa se dibujó en ambos rostros. Lexa se inclinó para unir sus labios con los de Clarke, la rubia llevó su mano a la cintura de Lexa, y ambas fueron intensificando el beso, desde dulce hasta necesitado, ese beso que estaban necesitando días atrás. Lexa recargó el peso de su cuerpo sobre su codo, quedando inclinada sobre la rubia, quien aferró más fuerte su agarre en la cintura de la castaña. Un pequeño carraspeo se escuchó desde la entrada de la habitación, ambas chicas se separaron para observar de quien provenía.

-Clarke, ¿podrías venir un segundo? –Niylah se encontraba allí, de pie, observando a ambas chicas. La rubia asintió con la cabeza, y antes de ponerse de pie, deposito un casto beso en los labios de Lexa. –Lo siento, pero necesito hablar contigo –Susurró mientras las dos se dirigían hacia la habitación de la mayor.

-Descuida –Respondió, una vez estuvieron en la habitación Niylah cerró la puerta para tener mayor privacidad.- ¿Qué sucede? –Preguntó Clarke al ver que la rubia jugaba con sus dedos de forma nerviosa.

-No quiero que pienses que me estoy entrometiendo en tu vida privada, sólo creo que deberías saber que... -Clarke frunció el ceño al notar, no sólo lo nerviosa que se encontraba, sino también cómo se le enredaban las palabras de tan rápido que hablaba, algo que nunca había visto en Niylah.

-¿Por qué estás nerviosa? –Preguntó Clarke, Niylah fijó su mirada en la rubia, tomó aire y lo expulsó lentamente, intentando calmar sus nervios.

-Sólo quiero decirte que no te tienes que apresurar, no hagas algo que no quieras hacer –Clarke volvió a arrugar la frente, si antes no entendía nada, cada vez entendía menos a lo que la mayor se refería. Niylah volvió a tomar aire, y lo volvió a expulsar lentamente.- Clarke, lo que quiero decirte es que no creas que tiene que suceder algo con Lexa hoy, si no estás preparada, puedes esperar. –Clarke relajó el ceño al escuchar aquellas palabras, y una leve sonrisa se dibujó en sus labios.- Puedes dejarlo para otro momento en que estés lista, Jennifer y yo podríamos arreglar eso y...