Capítulo 20

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Y el bate se detiene en el pelirrojo. Sabía que Negan, de una forma u otra, acabaría eligiéndolo a él. Le tenía muchas ganas.

— Si alguien se mueve o dice algo, sacadle al chico el otro ojo y hacédselo tragar a su padre y luego seguimos. Respirar... parpadear... o llorar... todos lo vamos a hacer.

Es cuando me doy cuenta de algo. El pelirrojo le hace un gesto a la mujer negra de pelo rizado. Esta sonríe efímeramente y llora. Negan alza al bate y lo estrella contra su cabeza. Puedo percibir el sonido de cómo la madera del bate se estampa contra su cabeza. La mayoría del grupo ahoga gritos. La mujer negra balbucea y cierra los ojos asustada.

— ¡Oh, fijaos, aguanta como un campeón!—grita Negan.

El de pelo rojo, lejos de rendirse, se pone de nuevo derecho. La sangre brota por su cabeza, pero aun así se atreve a hablar.

—Chúpame los huevos—susurra.

Negan vuelve a estrellar a Lucille contra su cabeza, devolviéndole al suelo definitivamente. Miro hacia otro lado mientras escucho cómo el cráneo del pelirrojo cruje de forma violenta. Una y otra vez. La sangre borboteando. La risa triunfal de Negan. Los sollozos de los demás.

— ¿Habéis oído? Ha dicho "chúpamela"—ríe.

Vuelvo a mirar a Negan, que retoma la sarta de batazos contra la cabeza destrozada de su víctima. Una y otra vez. Una y otra vez. Veo a la negra de rizos, casi no puede ni mirar. Y a otra chica morena que no deja de derramar lágrimas. Cindy mira el cuerpo sin vida de su compañero con lágrimas en los ojos. Se percata de que la observo y aprieta los dientes.

— ¡Oh, qué pasada!—grita Negan cuando se detiene—. Mirad esto—continúa mientras agita el bate y salpica al grupo—. Fijaos, qué chica tengo—ríe. Mira a la joven que está en estado de shock—cariño, mira esto—planta a Lucille frente a sus asustados ojos. Negan mira el cuerpo del pelirrojo para volver a mirar a la morena—joder, ¿es que estabais juntos? Qué faena. Pero si es así, quiero que sepas que hay una razón para todo esto: rojo.

Se interrumpe y busca mi mirada. Trago saliva y mantengo la compostura. Intento sonreírle, pero creo que no he sido capaz de hacerlo. Negan se acerca a mí y me da la mano enguantada.

—Un tipo de pelo rojo hizo daño a mi chica. Oh, no os he presentado, qué maleducado. Esta es Rym. Es mi chica. Y no me gusta que le hagan daño. Ella me dijo que un tipo pelirrojo la había dejado medio muerta. Y yo, lógicamente tenía que tener mi pequeña venganza—ríe. Alza mi barbilla y me obliga a mirarle—. Sí, nena, lo hemos conseguido—susurra.

Me besa la frente y camina de nuevo hacia la chica, que no ha dejado de balbucear en silencio. Su debilidad hace que me estremezca. Negan se detiene frente a ella y le enseña el bate de nuevo.

— ¡Míralo bien!—le grita.

En un movimiento rápido, el tipo de su lado se levanta como una bala y le propina un puñetazo a Negan. Dos salvadores lo reducen en cuestión de segundos y lo tiran al suelo.

— ¡Daryl!—grita Cindy mientras se revuelve.

— ¡No!—grita Negan mientras la señala con Lucille—. No, nena—. Se agacha junto a Daryl y retoma la palabra—. Vaya, eso no se hace. Nada de eso, aquí no se permite ninguna gilipollez.

Dwight aparece de la nada con la ballesta y apunta al tal Daryl. En el círculo, Cindy llora y balbucea sonoramente. Sabe tan bien como yo que va a matarle.

— ¿Quieres que lo haga?—pregunta el rubio—. Lo haré.

Negan tira del largo pelo de su nueva presa de forma violenta y lo observa. Este respira sonoramente y jadea, mostrando su odio hacia el del bate.

Savior's chroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora