FLOWER GIRL♥ (Zayn, Liam y tú)

Capitulo 43

  *Louis*

Cuatro de la mañana. Mis ojeras se hacían más notables, sólo esperaba que fuese mi turno para que la morgue me atendiera. Quería ver a Luna... no dormí, no hablé, no paré de llorar y no probé ni un bocado de comida, me limitaba a ver a mi hija, tomarle fotos para que cuando ya esté en la morgue, la vea.

Miré repetidas veces la pantalla de mi celular, el fondo de pantalla era de Lunita con los ojos abiertos (me había dado cuenta en ese momento que tenía los ojos negros como a noche, igual que ella) y en una esquina estaba la hora. Cuatro de la mañana con un minuto.

–¿Tomlinson? –Llamó una señorita, que aparecía desde la esquina de la fría estancia.

Ni siquiera era consciente cuando me ponía la ropa.
Me levanté rápidamente y asentí. No tenía muchas ganas de hablar, por lo que me aproximé a la señorita. Pasábamos por varios pasillos, todos olían a cloro, pero en esos momentos eso me importaba un huevo. Llegamos a la puerta que tenía una letra en la puerta, la P... obviamente por su apellido.

–Luna Park, está por aquí –Susurraba la señorita, mientras buscaba en esas enormes vitrinas el apellido de Luna, por lo menos ya adentro hacía un poco de calor–. Dicen que falleció dejando a una bebé, ¿cuál es el nombre de su hija?

A esas alturas ya era capaz de procesar las palabras de la gente que me hablaba, aunque mi voz se note muy débil, igual las personas me comprendía.

–Luna Kriseyda Tomlinson Park –Respondí. Eran mis primeras palabras después de hace unas horas, cuando hablé con Zayn.

Le había puesto el segundo nombre así porque a Luna le encantaba Romeo y Julieta, que tonto era esa obra, pero bueno a ella le encantaba. ¿Acaso las mujeres no pueden entender que Romeo y Julieta no era una historia de amor sino de tragedia?
No me di cuenta de cuando habíamos parado. En un abrir y cerrar de ojos, tenía a Luna recostada... ya no era la misma, era distinta. Tenía la misma apariencia que tenía Luna, los ojos los tenía cerrados, los labios que besaba cada día ya no eran rojos sangre, sino azules, casi morados. Estaba pálida.

Recorrí con la yema de mis dedos tu perfecta figura, todo de ella. ¿De verdad me había dejado?
No pude evitar abrazarla y de nuevo echarme a llorar como una nenaza.

–Así que tenías Leucemia –Empecé secarme las lágrimas, con la justa se me entendía lo que hablaba–, te odio por no decirme que tenías eso, te odio... pero a la vez te amo. Yo cuidaré de Lunita, ¿quieres verla? –Saqué como pude el celular de mi bolsillo y fui directo a las imágenes, ahí estaba ella con los ojos bien abiertos, se lo puse al frente de ella, sabía que no lo estaba viendo, sólo... quería hacerlo–... Se parece mucho a ti, creo que me he enamorado. Luna, siempre te seguiré amando, aunque ya no estés acá.

Guardé mi celular. No me separaba del cuerpo de Luna, porque no quería.

*
Sin darme cuenta, me había quedado tres horas abrazando a Luna. Me dolía la espalda a la hora de levantarme, el señor que había reemplazado a la señorita, seguramente porque ya era el turno de él, me avisó que ya no podía estar allí, dado que los padres de Luna estaban afuera y venían por ella, para enterarla. Se la llevarían.

Salí por la puerta de atrás. No estaba de ánimo para que ellos me pregunten por la bebé, o para darme el pésame, ni mucho menos para que me culpen de su muerte. Mandé todo a la mismísima mierda.
Me puse la capucha y salí de ahí, no sin antes despedirme para siempre de Luna, fue difícil despedirme para siempre de a persona que amaba ya amo y amaré hasta el fin del mundo. Hasta más allá del fin del mundo.

Abrí la puerta y esperé que la persona que tenía delante de mí no fuese uno de los familiares de Luna. Me sequé los ojos y los froté para ver bien, no era uno de ellos, era Harry con una media sonrisa, ¿por qué llevaba los ojos rojos? ¿Habría fumado? ¡¿De qué demonios me perdí?! ¡¿Qué hacía mi hijo postizo con esos ojos de fumador experto?!