FLOWER GIRL♥ (Zayn, Liam y tú)

Capitulo 11

Contemplé detrás de mi ventana el viejo roble, en donde jugaba hace más de once años, cuando mi padre me dejaba jugar, cuando apenas tenía permiso de jugar... cuando conocía el significado de la palabra infancia 'infancia', esa palabra que otros niños conocen muy bien.

Sin padres, sin infancia, sin pasado alguno, no nos queda otra posibilidad que afrontar lo que somos, el relato que llevamos para siempre.

En toda mi vida mi padre me educaba como una bailarina profesional y gimnasta, ser educada como una damita era la meta que tenía que lograr para que mi padre me deje en paz, en cuando a mi aspecto físico es mi problema. Lo que tengo que hacer para que él me deje en paz es conseguirme un novio con dinero, eso es lo que más le importaba EL SUCIO DINERO, no importa lo riesgoso que sea... en la mente podrida mi padre está la familia Malik, y cuando a esa familia se refiere: Zayn Malik, el heredero, el que encabeza en el primer puesto de los más poderosos millonarios de Alemania. Y decir que la lista es muy corta, sólo están los Malik, Payne, Tomlinson, Style y Horan.

¿Pero qué puedo hacer? Sólo me queda obedecer a mi padre.

Dos toques en mi puerta me hicieron saber que ya era tiempo para ver a mi padre.

Tres veces a la semana. Esos son los días que lo veo, y siempre que lo hago me pega un grito y/o me recuerda lo que tengo que hacer.

-Ya voy, Esmeralda -Le grito a la empleada traída de América.

Me pongo la casaca de cuero encima de mi vestido, hacía tanto frío que no puedo soportarlo, no me importa si mi padre me grita. Recuerdo que desde niña él me obligaba a vestirme con vestidos claros y que mostraban el perfil de una chica 'pura y virgen'. Él no sabe que yo siempre cuando llegaba a la esquina de mi casa (para llegar al colegio) siempre me metía al baño de la gasolinera y me vestía con mi típica ropa oscura.

Con la cabeza agachada camino despacio hasta el escritorio de mi padre, tan grande era mi casa que a veces me pierdo y eso que desde siempre viví ahí.

Según dicen las empleadas, mi mamá me abandonó. Con una canasta me dejó en la puerta de esta casa, desde ese momento vivo con el Sr. Ontogüer, que se volvió mi padre.

Pero mi mamá tuvo que dejarme en una casa oscura. Dentro de esa casa estaba ese señor que lo tengo frente mío, que me trata como a una muñeca... una muñeca a la que obligaba a meterse con uno y otro millonario; según dice mi padre 'la carne buena es la mejor en una cena de oro'.

-Sulli -Ese nombre también me puso él-, Sulli, Sulli, ¿te quitas esa casaca de cuero? No recuerdo que te lo haya comprado.

Crucé mis brazos y me senté en el asiento de madera.

-Hace frío, no me pienso poner ese abrigo de piel que cuesta millones -Digo a regañadientes.

Él suspira. Creo que era suficientemente terca como para hartar a mi padre en menos de cinco minutos.

-¡Sulli Ontogüer, quítatelo ahora mismo! -Me ordena.

-¿Por qué nunca me dejas hacer lo que yo quiero? Nunca me dejaste tener una buena infancia y...

Golpea la carpeta de al lado, al hacerlo cayeron algunos papeles de al lado.

-Los actos infantiles son para los infantes, y mueren en la infancia. Los actos melancólicos son como un domingo de verano en la infancia. Para otros, supongo, será como un lunes de invierno en la edad adulta -Grita. Interrumpiéndome

No entendí nada de lo que dijo, pero cuando habla así es que me quiere decir algo seriamente. Me quité la casaca de cuero negro y lo tiré al piso.