Soldado Imperial. Capitulo 4.

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Capitulo 4:

— Como siempre se ve esplendorosa mi señora con este tipo de traje, llamado hanbok. Por otro lado es increíble el tiempo que requieren las damas de Joseon a la hora de atarse el cabello con este tipo de peinado circular sobre la cabeza.

Como ya aprendí la técnica puedo peinarla como siempre lo hacia.

No me sentía cómoda confiando su cabellera en manos de las damas de compañía de este palacio, encargadas de su cuidado.

La envidia y el odio que sienten por usted las damas de este palacio, es palpable. Ninguna es de confianza. Y que decir del odio que sienten las concubinas del rey.

Debido a su presencia el rey no tiene ojos, ni atención para ninguna otra mujer.

 La adoración que el rey Yeongjo aun le profesa es increíble, creía que después del primer mes en este palacio siendo su consorte, perdería todo el interés por usted, pero al parecer lo que sentía en un primer momento por usted no ha hecho sino incrementarse.

Mi señora debería sentirse feliz y satisfecha de tener a un marido que se desvive para cumplirle hasta el mas mínimo capricho.

El Emperador la trata con suma cordialidad, se le ve feliz dándole a usted todos los lujos y la comodidad que puede brindarle.

 Tanto la adora que se salta todos los protocolos, viniendo todos los días a sacarla para dar un paseo por el palacio.

Volviendo a su arreglo personal. Seria mas fácil si pudiera solo usar aquella peluca que usaban antes las damas de este país. ¿No lo cree así?. ¿Cómo es que se llamaban esas pelucas que el rey decreto no se deben usar para que las nobles acaten la sobriedad de Confucio?.

Mmm. ¡Ah ya recordé!. Gache.

Bien, vamos mi señora, el rey la espera junto a su comitiva.

El debe estar ansiosamente esperando para dar el acostumbrado paseo por el palacio junto a usted. Con lo bella que se ve hoy, él la lucirá con orgullo.

— Sue Jei, jamás me acostumbraré a esta ropa tan holgada y a este peinado.

El hanbok oculta la figura del cuerpo femenino por completo y esta cosa en la cabeza es muy pesada, jamás serán de mi agrado. Yo pienso que el cabello largo debe usarse suelto como antes hacia. Y extraño mis hanfu.

Menos mal que el rey mando a prohibir esa peluca enorme que aun usan las kisaeng, pero sospecho que el de la idea de prohibir dicha peluca para evitar discordias y competiciones entre las damas nobles es la mano derecha del rey.

No creo que al rey le preocupe llevar a cabo al pie de la letra el tipo de vida y las costumbres sobrias de las enseñanzas de Confucio.

Seguramente el de la idea de la prohibición del gache es ese tipo tan estricto y serio, el General, quién es mi mayor enemigo.

Siento que él se mantiene todo el tiempo atento a mis movimientos con la ayuda de sus secuaces, esperando un mínimo error de mi parte para cortarme el cuello.

El General es un tirano malvado, frío y severo. Si no actúo como se espera de mi, él como me advirtió me asesinara.

Gracias al cielo tú estas a mi lado Sue Jei.

Si tú no estuvieras aquí como mi fiel amiga y confidente mi estancia en esta prisión de lujo seria aún mas difícil de soportar.

En este palacio extranjero me siento mas apresada, mas asfixiada que nunca. Preferiría que el rey me trate con indiferencia como a las demás.

Cada día se me hace mas difícil mantener la compostura a su lado. Realmente me molesta su cercanía, mucho mas su toque.

Aún recuerdo la primera vez que me acosté con él. Aún no olvido la noche que Yeongjo me visito para tomarme como esposa. 

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