Capitulo 8:
Mientras el sol se ocultaba. Y comenzaba a azotar una brisa helada me acerque al fuego que crepitaba.
Sentada frente al agradable fuego me abrace a mi misma como una niña tímida e intimidada, que esperaba criticas de su cuidador, quién es severo.
Curiosa preste atención en la laboriosa tarea de despellejar y cortar una pierna del jabalí que el General cazo y trajo para la cena.
El General tuvo que hacer todo el trabajo, desde la fogata y la monta de los palos para asar la carne y el desmembramiento de dicho animal.
Fui incapaz de serle de utilidad, porque no pude tomar el puñal que me ofreció para que le ayudara a cortar un trozo de carne.
Jamás he usado un cuchillo para desmembrar ningún animal. No sé como cocinar. Jamás tuve la necesidad de hacerlo. No tengo idea de como ser autosuficiente.
Esta es la primera vez que veo a un animal fuera del plato que me traían para que coma. Es la primera vez que estoy al aire libre, fuera de la comodidad del palacio Imperial.
Avergonzada por mi ignorancia guarde silencio mientras el General cocino la carne dando vueltas al palo montado sobre el fuego.
Mi estómago hizo gruñidos debido al hambre que tenia. Me dio mucha rabia ver al General sonreír divertido debido a mi incomodidad por no poder ocultar mi estado famélico.
No hizo comentarios por mi falta de conocimientos en la cocina, pero esa sonrisa que adornaba su rostro me decía que le parecía muy graciosa.
Trate de controlar mi carácter explosivo y rebelde porque no quería darle en el gusto de que dijera en voz alta que tan inútil soy. Con saberlo yo, sin que me lo dijera criticándome me bastaba.
Finalmente me ofreció un trozo de la suculenta carne cocida.
Tome esa carne asada caliente con dedos torpes, manteniendo la mirada baja, cuidando de no cruzar miradas con él, ya que esa risa contenida en sus labios me irritaba, tanto como me encantaba.
Mi vientre revoloteaba por la excitación y por los nervios, porque al sonreír se le ilumina el rostro. Se ve mucho mas guapo.
Me agrado atestiguar que debajo de esa capa de frialdad, de indiferencia y de seriedad con la cual lo conocí, se escondía un humano.
Tal vez el General era alguien que sabia como sonreír, pero cabía la posibilidad de que la causante de esa diversión fuera yo y esa era una posibilidad aún mas peligrosa para mi corazón cautivado.
Devore la carne que me pareció el bocado mas exquisito que había probado en los muchos banquetes servidos en el palacio que había degustado. ¡Lo que hace el hambre!. Mis mejillas ardían debido a la vergüenza que sentía por su escrutinio mientras yo mordía mi trozo de jabalí porque el General no me despegaba la vista de encima, sonriendo ampliamente.
Quería reclamarle preguntándole molesta, que le parecía tan gracioso sobre mi, pero me guarde la ira y me dedique a calmar mi hambre mirando a cualquier parte menos a él. Mas tarde satisfecha y agotada me acurruque en estado fetal al lado de la fogata, jalando la tela delgada del cuello de mi chaqueta para cubrirme de la helada brisa que golpeaba mi rostro. El fuego se estaba extinguiendo.
No me atreví a pedirle al General que atizara el fuego y le ponga mas leña porque simplemente no había. Me prepare para soportar el frío de la noche.
También seria la primera vez que pasaría mucho frío al no tener nada con lo que cubrirme, ya que no podía llevarse mucha carga sobre los caballos. Hasta yo sabia eso, así que toda la ropa se quedo en mi carroza, en la caravana.
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Soldado Imperial.
RomanceEl General del ejercito de Joseon(Corea) tiene la misión de proteger a la princesa Akame del Imperio Qing de China para que se convierta en la nueva reina de Joseon. Políticos de ambos Imperios quieren asesinar a Akame antes de que se case con el E...