Soldado Imperial. Capitulo 14.

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Capitulo 14:

Habíamos llegado a un pueblo en China que estaba cercano a la costa para vender los caballos que habíamos usado hasta ese momento durante el viaje.

Para mi sorpresa el General solo compro un caballo y con el dinero sobrante se aprovisiono de un poco de víveres. Esto fue sal, pimienta y orégano.

También compro ropa nueva. Me gusto el nuevo atuendo que llevaríamos encima. Este constaba de una túnica larga de hilo, un pantalón negro, botas y un sombrero grande de paja teñido de negro que ocultaría nuestros rostros.

La túnica sencilla de color gris y el sombrero hacían parecer al General un guerrero errante.

Pareció gustarle también mi aspecto. Me ardieron las mejillas cuando me acomodo la ropa, el sombrero y jugueteo con la gruesa y larga trenza que había decido usar para mas comodidad.

El trato tan intimo del General para conmigo en plena calle atestada de comerciantes y compradores hizo parecer a ojos ajenos que éramos una pareja de viajeros.

Una pareja de amantes guerreros o asesinos, esto porque el General llevaba como siempre la espada y el arco encima.

El General de entre sus ropas saco una bolsa negra y pequeña de mano, y de esta saco dinero chino y con él me compro un juego de arquero, esto era un arco, la funda para las flechas y las flechas. Ahora nuestro disfraz estaba completo. Quien me viera jamás descubriría mi verdadera identidad.

Luego pago por un cuarto en un hospedaje. Por primera vez en cuatro semanas pasaríamos una noche bajo techo. El General volvió a sorprenderme al pedir para nosotros un almuerzo sustancioso. No podía creer que tuviera la intención de beber licor y que me invitara a beber también.

— Come y bebe con confianza Akame.

Soy un buen bebedor. No voy a emborracharme y aunque lo hiciera. Jamás seria una presa fácil si alguien me busca pelea. Estas segura conmigo. Estas ante el mejor espadachín.

¡Ahhh!. Como extrañaba beber un buen licor.

— No creo que yo deba beber. Uno de los dos debe estar sobrio.

Por muy buen combatiente que seas el licor mengua las capacidades.

El vino de arroz nubla los sentidos. Además me embriago con facilidad.

Podría resultar que termine por comportarme de una forma indebida, indecorosa y escandalosa.

— ¿En serio?. Eso me gustaría verlo.

Me encantaría verte actuando de forma escandalosa, indecorosa e indebida.

Hace días no tengo el gusto de verte actuando así, embriagada pero de pasión.

Vamos prueba de este licor de arroz. No te contengas. Como dije te cuidare las espaldas. Nadie se aprovechara de ti.

— No me engañas ni por un segundo General.

Quieres que me emborrache para que puedas aprovecharte de mi.

Como dijiste, hace días vengo negándome a tener sexo contigo. No quiero volver a acostarme contigo.

— Si, así es y el motivo detrás aún no lo adivino. Antes te entregabas en mis brazos cada noche y parecías disfrutarlo.

Hace días vienes negándome tu cuerpo. ¿Por qué te niegas a acostarte conmigo?.

¿Me dirás el motivo de tu enfado?.

¿No será porque estamos yendo por buen camino y que pronto llegaremos al puerto para embarcarnos en un barco rumbo a Joseon?.

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