Soldado Imperial. Capitulo 10.

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Capitulo 10:

El General va abriendo mi chaqueta cerrada con botones, los abre jalando la tela con ambas manos, usando fuerza mientras deja mis labios hinchados debido a sus besos, para luego ir rozando con los suyos el contorno de mi boca.

Desde el contorno de mi boca baja degustando con los labios y con la punta de la lengua mi cuello y mi pecho.

Se me infla el pecho de orgullo al escucharlo suspirando de gusto por el sabor de mi piel.

A medida que baja por mi escote aumentan mis palpitaciones.

Su aliento quema mi piel sensible. Vibro de pies a cabeza debido a la emoción y al deseo que me invade.

Mi piel espera más de sus placenteras caricias.

Mi cuerpo se agita y retuerce por el ataque de éxtasis cada vez que él riega besos en el contorno de mis senos.

El tacto de los dedos que sostienen las solapas de mi chaqueta hacen que los vellos de mi cuerpo se ericen. Siento como él levanta la cabeza.

Mi cara arde como nunca porque sé que él esta devorando con los ojos chispeantes y lascivos la imagen de mi piel desnuda.

Mi pecho sube y baja agitado, lo mismo que mi vientre.

Excitada pero avergonzada, a ojos cerrados le permito descubrir por completo mis montes vírgenes. Escucho un sensual gemido de apreciación escapar de su boca. Y luego me avergüenzo mucho mas al escucharlo decir con voz ronca.

— Eres tan sincera. De tu boca y de cuerpo solo recibo trasparencia y sinceridad. Eres tan adorable. Eres tan pura. Y preciosa, realmente preciosa. Eres una hermosa flor de loto.

Eres hermosa, femenina y delicada.

Quién te nombro Akame dio en el blanco, te define muy bien. Tu nombre significa bella, preciosa o divina.

Tu aspecto delicado, dulce y sensual oculta tu fuerte carácter.

A parte de tu belleza física también guardas un espíritu salvaje e indomable, y le suma a todo eso una gran inteligencia. Que atrayente combinación.

Me inspiras ternura y una ardiente pasión.

Temí hacerte daño. Temí romper tus huesos cuando finalmente te abrace por la noche, hace una semana. Y sigues haciéndolo cada noche. Vuelves una y otra vez a negarme tu cercanía.

Te advertí que pasaría rechazándome. ¿Es que no te das cuenta?. Necesito rodearte por las noches para cubrirte con mi calor.

No importa el motivo por el cual lo necesito. Ven a mi cuando te llame. No sigas provocándome como lo haces peleando. No podrás contra mi. No luches contra mi. No continúes rechazándome.

Toda la semana pasada me ignoraste durante el día y discutiste por la noche cuando te dije que te acerques para que te abrace.

Me obligaste a seducirte para dominarte cuando no quería hacerlo. Yo solo pretendía abrazarte. Y ahora me provocaste aún mas diciéndome que me amas de ese modo tan magistral, cuando deberías odiarme.

¿No sabes que debiste ocultarme hasta el final que soy el dueño de tu corazón?.

Lo siento ponerse de rodillas entre medio de mis piernas, sujetándose con las palmas a mis costados.

Busco la mirada del General que observa mis expresiones con atención. Sus ojos, su mirada tan intensa y expresiva me domina y me seduce.

Trago saliva nerviosa, realmente seducida y excitada. Me agito cuando abre por completo las solapas de la chaqueta y deja al descubierto mi torso, después suelta el cordón que mantiene mi pantalón sujeto en mi cintura y jala para abajo.

Soldado Imperial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora