33 - Fuegos artificiales

529 82 0
                                    


El tranquilo barrio residencial de Green Spirit se había transformado por completo aquella tarde del cuatro de Julio.

Las familias se reunían con amigos en sus jardines, celebrando barbacoas y preparando los castillos de fuegos artificiales que toda la comunidad esperaba ansiosa.

La familia de Jayden preparaba una discreta cena en el jardín trasero, pero él no se sentía muy animado por la ausencia de Emma y Chris. No podían a asistir aquel año porque tenían que atender a sus nuevos invitados.

Sentado en su cama, miraba de reojo el oso de peluche con un gran lazo azul al cuello.

Era el cumpleaños de Eilean. Hoy cumplía dieciocho años, pero no sabía cómo presentarse y entregarle el regalo que le había preparado con tanto cariño.

Su móvil sonó.



El Sr. Walls se lucía frente a su nueva barbacoa cocinando en aquel día doblemente especial para ellos.

En un arrebato de querer dar una gran sorpresa a Eilean, había invitado a gran parte de la familia que vivía en Londres. Tíos, primos y hermanos invadían el jardín de la casa adornado con banderitas y guirnaldas de colores.

Eilean, abrumada ante tanta concurrencia, se había acomodado discretamente en un rincón del jardín, dispuesta a disfrutar de los fuegos artificiales sobre una manta vieja.

Por suerte para ella, el griterío de sus primos más pequeños distraía la atención de la gente y pudo disfrutar de la despejada noche por algunos minutos.

—Tu prima Gisele ha llamado a unas amigas para salir esta noche. Ahora ya tienes los dieciocho y puedes salir de marcha.

Eilean miró a su padre, que se esforzaba por hablar como la juventud.

—Prefiero quedarme aquí, papá.

—Como quieras. Toma, te he traído algo para comer —Dejó frente a ella un plato con una hamburguesa y una manzana verde.

—Gracias —Sonrió.

Su padre le besó en la cabeza y volvió a ocupar su sitio en la barbacoa.

La música y el griterío de los invitados la empezaron a poner nerviosa y decidió coger la manzana y entrar en la casa hasta la hora de los fuegos artificiales.

En el interior, podía oír hasta sus propias pisadas.

Se sentó en la mesa de la cocina y dio un generoso mordisco a la manzana, disfrutando de su soledad, hasta que el timbre de la puerta llamó su atención.

Su madre apareció de la nada.

—Abre tú, cariño —Su sonrisa delataba que esperaba a alguien.

Con un largo y penoso suspiro se dirigió a abrir la puerta.

El brillo de los ojos grises que le esperaban tras ella hicieron que se atragantara con el pedazo de fruta que aún tenía en la boca.

Lo engulló.

—Hola, Eilean —Su voz sonaba a súplica.

—¿Cómo sabías que estaba aquí?

—Tu madre me ha llamado.

—¿Qué quieres? —Le empujó con fuerza haciéndole retroceder, y ambos salieron al jardín delantero.

Era como si ella no quisiera que Jayden estuviera cerca de su casa.

—He venido a felicitarte —Le enseñó el oso de peluche.

LA ISLA DEL DHAPHIRO - La Saga del Escarabajo IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora