Bungou Stray Dogs(oneshots)

Dazai (Maestro) Pt.1

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(T/N)'s POV

Escuché un quedo ruido, el cual fue amuentando conforme avanzaban los segundos. Era cada vez más irritante y sentía que perforaba mis oídos, por lo que abrí lentamente los ojos y pude observar que en realidad, provenía de mi celular. Era la desgraciada alarma que indicaba que eran las seis de la mañana y que ya tenía que levantarme para poder alistarme e ir a la escuela.

Lentamente estiré mis brazos, los párpados me pesaban y era difícil mantener los ojos abiertos, sin embargo, debía hacer un esfuerzo. Con toda la flojera posible del mundo, me levanté y dirigí al baño para poder lavarme la cara, enjuagarme la boca y hacer todo lo que fuera necesario. Observé mi cara en el espejo, las ojeras se notaban en demasía y mi rostro estaba pálido por no haber salido para nada de mi casa en las vacaciones.

¿Qué pensará Chuuya-sensei si me viera así? No, no podía verme así, como un completo desastre y sin vida social.

¿Es normal estar enamorada de tu maestro de ciencias?

Bueno, siempre he sido extraña en ese tipo de ámbitos, pero en realidad a muchas otras chicas de la escuela les gustaba también, así que no veo el problema. No las culpaba, era demasiado guapo y con lo joven que se veía, fácilmente podrías decir que tenía mi edad.

Después de medio arreglarme y ponerme mi uniforme, me dirigí a la cocina para poder desayunar. Mi mamá había preparado hot-cakes y un poco de café para tratar de hacer que me despierte por completo.

—¿No estas nerviosa? —escuché que preguntara mientras me observaba desayunar.

—No, para nada.

Aunque en realidad solo quiero ir por mi amiga Anna y Chuuya-sensei... sí, estaba algo nerviosa, era el primer día después de todo, muchos se sienten así. Pero no quería preocupar a mi mamá, supongo que hice bien en decirle que no.

Termino el desayuno, me lavo los dientes, me despido de mi madre y salgo de la casa para emprender camino hacia la escuela. Puedo observar como igual de las casas por las que paso salen estudiantes, niños, personas arregladas para ir al trabajo y, el tan solo verlas, me da pereza seguir caminando. ¿Por qué debíamos de seguir este tipo de sistema? Estúpida sociedad.

Ya cuando estaba a unos cuantos metros de la escuela saqué mi celular para checar si Anna no me había mandado un mensaje de que ya había llegado o para avisarme de algo y sí, efectivamente fue la primera opción, por lo que apresure el paso para poder llegar mientras le escribía devuelta sin fijarme del camino y, como consecuencia, colapsando con alguien y provocando que cayera al suelo.

—Lo siento —fue lo primero que dije mientras recogía mis cosas del suelo y checaba si mi celular estaba bien que, por suerte, sí lo estaba.

Volteó a ver a la persona con la que choqué y veo a un hombre joven, calcularía que tiene unos 22 años, bien vestido y sacudiéndose la tierra al él haber caído también. Tenía el cabello medio largo, rizado y de color castaño, los ojos de un color avellana muy lindos. No estaba parado, pero por las piernas largas podría decir que medía como 1.80, muy diferente a Chuuya-sensei.

—Ah, no te preocupes, mi culpa.

Aunque en realidad había sido mi culpa por estar en mi celular, me incliné una vez más, pidiéndole disculpas y me eché a correr, se me estaba empezando a hacer tarde.

Apenas entré a la escuela fui directo a ver en qué salón me tocaba, acomodé mis cosas en el locker y fui al lugar correspondiente.

Apenas entré, escuché un grito ahogado de una voz muy conocida.