Edogawa Rampo

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(T/N) era una chica que se la pasaba enferma, siempre, los doctores decían que tenía siempre las defensas muy bajas y por eso se contagiaba fácilmente. Ella ya estaba acostumbrada a todo eso, la comida de hospital, el olor, las inyecciones, todo. Prácticamente, solo esperaba el día de su muerte, el cual, presentía que iba a ser pronto.
Una noche en el hospital, andaba durmiendo tranquilamente cuando de repente escuchó un fuerte sonido. Pensó que a lo mejor sería alguna enfermera, pero al ver que la sombra que la acechaba tenía dos cuernos y una cola, supo que definitivamente no era una enfermera. Si t

-¿Qué clase de broma es esta?- preguntó a ver si aquella persona respondería.

La persona, extrañada empezó a ver a su al rededor y al darse cuenta que no había nadie más en la habitación, se señaló.

-¿Me hablas a mí? Espera, ¿Puedes verme? ¿Escucharme?
- Por supuesto que sí, y si no me dices quién eres, gritaré tan fuerte que lastimaré tus tímpanos.

El desconocido poco a poco fue saliendo de la oscuridad a la luz de la luna, dejando aún más asustada a
(T/N)

- ¿¡Qué ray-

Sus palabras fueron por la palma de aquel ser, haciendo luego una seña de que bajara la voz.

- Ey, dijiste que no gritarías. Aunque lo entiendo. ¿Primera vez viendo a un demonio?
- ¿Quién rayos eres? ¿Por qué estás aquí? ¿Cuál es tu nombre?
- Oye, oye, tranquila. Para empezar, no deberías ser capaz de verme. Cómo puedes deducir, soy un demonio, aunque creo ustedes los humanos igual me llaman "la muerte".
- ¿Por?
- Ahí es donde entra tu otra pregunta, aunque no sé si quieras enterarte.

(T/N) se quedó pensativa, aunque muy en el fondo sabía el porqué estaba él aquí.

- No importa, dime.
- Bueno, cuando a una persona le queda más o menos unos meses de vida, es cuando nosotros aparecemos. A mí me asignaron a ti.
- O sea que hay más de ustedes.
- Así es.
- Y que me quedan unos meses de vida.
- Entiendes rápido, me gusta.- Le dijo con una sonrisa- Lo que no entiendo, es, ¿por qué me puedes ver?

Los dos se quedaron callados en ese momento, una procesando todo y el otro buscando una respuesta, hasta que (T/N) decidió romper el silencio.

- Entonces cuando llegue el momento tu...
- Te mataré.
- Claro...¿Cuál es tu nombre?
- Mhh...-

El demonio sin saber qué decir empezó a buscar por la habitación algo que lo ayudará y en eso, vio una pila de libros arrinconados en el rincón, leyendo el primer nombre que vio.

- Me puedes llamar Rampo.
- ¿Rampo? ¿Como el autor?
- Sí~ es una de las personas a las que me dejaron a cargo.- Dijo sonriendo de oreja a oreja al acordarse de aquella vez.
- Eso no me reconforta.

(T/N) lo observó de pies a cabeza. En realidad, lo único fuera de lugar era la cola y los cuernos, pero había que ser sinceros, el demonio estaba guapo.

- Todos los demonios son así de...¿agraciados?- dijo (T/N) directamente.
- Solo hay uno de mi clase pequeña~
- No me digas pequeña.- Le dijo cortantemente mientras le volteaba los ojos.
- Mira, te saco unos miles de años de edad, para mí, tu eres una bebé prácticamente.

(T/N) no le contestó nada más y se volteó para volver a dormir. Cosa que no pudo hacer al sentir la mirada de Rampo en ella.

- ¿Podrías...voltearte? Es un poco incómodo.

Rampo no se movió, solo la veía directamente, incomodandola más.

- ¿Me estás escuchando?
- Creo que eres la segunda mujer más bella a la que me han asignado en todos estos años.- Dijo de una forma tan despreocupada, haciendo que la otra se sonrojara.- Ah, perdón, normalmente digo las cosas directamente y sin pensarlas.

Bungou Stray Dogs(oneshots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora