Bungou Stray Dogs(oneshots)

Chuuya Nakahara

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Créditos al autor/a por la bella imagen de arriba❣️.

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Hoy era un día importante, tanto para la princesa (T/N), como para los invitados a los que iba a recibir.

Expliquemos todo. (T/N), como se mencionó con anterioridad, es una princesa de un gran reino que, lamentablemente, había perdido a su reina hace unos años, luego, para empeorar su mala suerte, el rey, su padre, cayó enfermó de una enfermedad grave que no descubrían cuál era. Como consecuencia, el rey le pidió a (T/N) que buscara rápidamente a su futuro esposo, para así, poder tener un heredero al trono.

Y no, (T/N) no estaba del todo contenta con esto, quería enamorarse como toda persona normal, con tiempo, conociendo a la persona poco a poco, su personalidad, qué le gustaba, qué no, sus sueños, todo.

Sin embargo, en unas horas llegarían cuatro candidatos, cuatro príncipes de los cuales, al final de la semana, tendría que escoger a uno para que se quedara con ella por el resto de su vida. Le preocupaba un poco, pues el hombre podría ser un amor de persona esta semana en la que conocerán, pero ser horrible todos los siguientes años.

Ese día, estaban terminando de dar los últimos toques al cabello de (T/N), cuando escucharon que los invitados habían llegado. (T/N) suspiró, sin saber qué pensar ni hacer, pues quería que todo fuera un sueño y no tuviera que tomar una decisión tan importante.

La dinámica era sencilla, los primeros cuatro días, iba a tener un tipo de "cita" con cada uno para tratar de conocerlo y, al quinto día, tendría que escoger con quién casarse.

Su padre, al estar enfermo, andaba en la cama todo el día, así que ella tenía que prácticamente encargarse de todo el "evento". Aún con pocas ganas, se sentó en el trono y esperó a que le presentaran a cada uno de los príncipes.

—¿Nerviosa? —le preguntó el mayordomo con el que más tenía confianza, Fyodor.

—Un poco —admitió, pero con el semblante aún serio.

—Tranquila. Necesitas pensar con la cabeza fría al encararlos, mientras iré por el primero —trató de calmarla, sonriendo una última vez antes de inclinarse en forma de respeto hacia ella y luego dirigirse hasta la puerta para abrirle al primer invitado.

Era alguien... peculiar, alto, con todo el cabello en la cara, pálido y... lo más increíble, tenía un mapache en su hombro. (T/N) no pudo evitar alzar ambas cejas en incredulidad pues... No era normal tener un mapache como mascota, ¿verdad? Iba a ser una semana larga.

—Mucho gusto, princesa (T/N). Mi nombre es Edgar Allan Poe, y espero que no le moleste, pero este es Karl.

Poe hizo una reverencia y espero a que la princesa hablara. Aunque andaba un poco confundida, le pareció un buen hombre.

—El gusto es mío, Edgar y... Karl. Espero que disfruten su estadía aquí —respondió con sinceridad, una sonrisa formándose en sus labios.

La princesa no lo diría pero, sinceramente, no lo veía como un futuro esposo, lo veía más como a un futuro amigo. Pero bueno, después de intercambiar unas cuantas palabras más, (T/N) dio la indicación a una de las sirvientas para que llevaran a Poe a su habitación mientras ella esperaba al siguiente príncipe.

Esta vez, entró una persona un poco más bajo que Edgar, se veía más... normal, pero al ver su sonrisa, la princesa fácilmente podía deducir que tenía un orgullo mayor que el de ella. Y eso que era mucho.