Bungou Stray Dogs(oneshots)

Edgar Allan Poe

Aviso de mucha ternura en este one shot XD. 

Gracias por la idea usagiymito, (sé que fue de hace muchos... meses xD), se me hizo muy tierna y tenía que ponerla jaja.

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Era una noche de diluvio. En donde las ramas de los árboles golpeaban fuertemente las ventanas, las sombras de los mismos se movían horriblemente, el viento hacía un sonido espantoso y, todo eso, le daban un ambiente algo oscuro a la casa. 

El primero en levantarse en la madrugada y, no exactamente debido a la fuerte lluvia, fue el pequeño Arthur. 

Se asustó apenas vio y escuchó uno de los miles de relámpagos de la noche que no sonaba tan distante de donde él se encontraba, sin embargo, se tranquilizó apenas vio al causante de su despertar, el buen amigo de su papá, Karl, encima de él con la clara intención de despertarlo. 

—¿Qué ocurre, Karl? —preguntó el pequeño de ocho años. Sabía que el animal no lo despertaba a menos que necesitara algo.

¿Y por qué el mapache no despertaba a Edgar? 

Porque él no tenía el poder de entender y hablar con los animales. 

—Hay una ventana abierta, está entrando todo el agua —explicó el pequeño omnívoro al niño que solo se frotó los ojos en un intento de poder enfocar mejor al animal frente a él. 

Aunque no le agradaba mucho que lo despertaran en medio de la madrugada, con una tormenta y frío de por medio, se tuvo que levantar y seguir a Karl hasta la dichosa ventana para cerrarla y evitar que las grandes gotas de agua siguieran entrando. 

—Gracias, Arthur —escuchó que el pequeño animal le agradeciera luego.

El niño solo le sonrió como respuesta y se volvió a su cama. 

Lo que ninguno se esperaba, es que los relámpagos se volvieran más potentes y frecuentes, impidiendo al niño seguir durmiendo y asustándolo cada vez que veía una de esas potentes luces por su ventana seguido del fuerte sonido. Karl, que se había quedado junto a él para asegurarse que siguiera durmiendo, notó el miedo del pequeño y le propuso ir al cuarto de sus padres, que él lo justificaría. 

Arthur sabía que a su madre no le agradaba cuando él trataba de meterse en su cama, pero ahora que Karl le dijo que lo apoyaría, no tenía mucho que perder o temer. Asintiendo a la propuesta del mapache, se paró de la cama junto con su sábana y almohada y se fue al cuarto de al lado, donde sus padres dormían. 

Notó que la puerta ya estaba un poco abierta y dedujo que había sido Karl quien la había medio abierto para ir a su cuarto antes. Así que, tratando de hacer el menor ruido posible, terminó por abrir la puerta por completo y se escabulló en el cuarto de los adultos. 

Vio la pequeña cuna junto a la cama que, sorprendentemente era del mapache. A veces se le hacía un poco injusto cómo consentían más a Karl que a él. Con el mismo cuidado de cuando abrió la puerta, se metió en la cama de sus padres, poniéndose en medio y abrazando su almohada una vez se acomodó, sintiéndose seguro y tranquilo ahora que tenía a las dos personas que más quería junto a él. 

No tardó mucho para volver a caer en los brazos de Morfeo. 

El siguiente que se levantó esa madrugada, fue el mismísimo Edgar al sentir una cuarta presencia en ese cuarto. No la de (T/N), ni la de Karl o la de él, sino la de su hijo que ahora yacía junto a él, babeando la cama y abrazando la almohada. A diferencia de su querida que no le gustaba que el pequeño se metiera sin su permiso a la cama, a él no le molestaba en absoluto, incluso se le hacía tierno. Su mirada pasó a la cuna de al lado para asegurarse de que Karl seguía ahí y no se había escabullido a la cocina para comer algo, se relajó al ver al mapache durmiendo pacíficamente. Más calmado, sin importarle la tormenta que estaba sufriendo su vivienda, pasó un brazo por encima del niño y acercándolo más hacia él en un abrazo, se volvió a dormir.