Bungou Stray Dogs(oneshots)

Edgar Allan Poe

Muy diferente a los One-shots que hago. Solo aviso<3

"Muchos disfrutan, aman y prefieren el mes de diciembre por sobre todos los demás. Las razones son sencillas de explicar. Es el último mes de un año que pudo haber sido malo o bueno, el final para el inicio de otros 365 días en el planeta, se celebra la Navidad, te propones nuevas metas conforme el pase de los días, vacaciones, el clima es frío y, bueno, ¿quién no ama todas esas cosas juntas en un mes? 

Sin embargo, en el pueblo donde vivía (T/N), era casi todo lo contrario. El miedo y caos se percibían en los residentes y calles. Nadie quería salir en la noche, pues todos temían a algo, a alguien que había estado matando a sangre fría y de maneras inimaginables a las personas de dicho pueblo. Nadie estaba disfrutando cómo se debía ese último mes. No habían niños jugando con la nieve en las calles, ni villancicos en las esquinas, nada de parejas tomadas de las manos, transmitiéndose su calor, tratando de pasar un buen rato. No, todos iban directo a sus trabajos para luego volver rápidamente a sus casa, asegurar su vida y seguir esa rutina, esperando a que alguien hallara al culpable. 

Y es que varios detectives y policías ya habían intentado de todo. Decían que los que llegaban a acercarse a una verdad, a un sospechoso, morían al cabo de unos días, ¡incluso horas. Como si el asesino tuviera información de todo lo que hacían para tratar de atraparlo. Extraño, ¿no? 

Fue cuando encontraron el torso de lo que parecía un hombre, sin lograr encontrar las piernas, brazos, o siquiera la cabeza, que los policías decidieron llamarme. Un detective que, más que detective, disfrutaba tratar de resolver éste tipo de casos porque luego los volvía en un relato, un cuento o un poema. 

Me llamo Edgar Allan Poe y, a diferencia de los otros detectives que tratan de buscar la verdad por el dinero que les rescompensan luego, yo lo hacía más como un hobby. 

Trataba de resolver todos los casos que me daban. Desde el más insignificante hasta el más atroz. Llegaba a ser bastante tímido, pero lo recompensaba con mi asombrosa inteligencia, o eso es lo que escuchaba de mis compañeros y la gente que ha trabajado conmigo.

Al pisar por primera vez dicho pueblo, sentí el gran cambio de ambiente, fue algo abrumador. Era más frío, oscuro, cómo si el sol no se presentase allí. Traté de no hacerle mucho caso a ello y encaminarme a la estación de policía, ¿el problema? Estaba perdido, no tenía ni idea de a dónde ir.

Traté varias veces de pedir ayuda a las personas que se encontraban caminando por ahí, siendo ignorado por la mayoría, pues, apenas me acercaba, éstas caminaban más rápido hacia su destino, pretendiendo no escucharme.

A punto de darme por vencido, vi a una mujer que, a diferencia de los demás, no se veía tan perturbada y asustada. Al igual que todos, estaba bien cubierta para evitar el frío. Caminé hasta donde ella, tocándole con el dedo índice el hombro y logrando así, que ella volteara. Me asombré al ver lo hermosa que era. Como un ángel casi perfecto. Sin embargo, habían ciertas cuestiones que impedían que reluciera toda su belleza, pues sus ojos estaban bastante hinchados, rojos, como si hubiera llorado toda la noche, aparte de las ojeras que los adornaban. No había tenido una buena semana por lo visto. 

– ¿Ocurre algo?– Preguntó ella un poco desconcertada por el repentino toque. 

– Sí. Perdón. ¿Podría decirme dónde está la estación de policía?– Pedí, tratando de sonar lo más amable y tranquilo posible. No quería asustarla como con todos los demás. 

– Oh, qué coincidencia, estoy yendo para ahí también.– Respondió curvando su boca en una sonrisa, una en donde no mostraba los dientes.– Acompáñame.