6. La marca del vampiro.

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¿Cuántas veces había tenido que escuchar aquella noche que era una mascota? O un juguete, o una aventura pasajera sin importancia de la que Lawliet terminaría cansándose pronto.

Estaba harto de estar allí. Quería regresar al apartamento a pesar de que sus nervios crecían de forma notable. Se sentía inquieto, pensando en el momento de estar a solas con Lawliet y como iba a poder soportar lo que le esperaba. Ni si quiera le habían dejado beber demasiado alcohol, porque a su vampiro idiota le gustaba que sus amantes estuviesen bien despiertos.

―¿Estás bien?

Matt se acercó hasta él, sentándose a su lado en una de las sillas aterciopeladas color rojo de la sala.

―No tanto como tú ― se fijó en el cuello del pelirrojo, lleno de chupones que claramente habían sido intencionados.

―Culpa de Mello. No puede estarse quieto en ningún lugar... Luego dice que el perro soy yo.

―Nadie se cree que sea el compañero de Lawliet ― bien, no pudo evitar que un pequeño deje de tristeza tiñese sus palabras ―. ¿Qué pasa? ¿No soy lo suficientemente bueno?

―Ahh... No es eso, principito. Lo que pasa es que todos están acostumbrados a la soltería de Elle Lawliet y sus conquistas. Nadie pensó que al final terminaría reclamando a un compañero de sangre.

―¿No lo hacen todos los vampiros?

―Claro que no. Hay quienes prefieren seguir buscando sangre fresca fuera de casa, así como no tener que tomar responsabilidad de un mortal a su cargo.

―¿Por qué Lawliet quiso hacer un trato con mi familia? Nunca lo entendí. No es un hombre al que le falten candidatos ― dijo con sorna, apretando los dientes al ver a otra estúpida vampira maquillada y vestida como una zorra charlar con Lawliet.

―Pregúntaselo a él.

Apretando la mandíbula, respiró para intentar relajarse de nuevo, recordando lo que había hablado con Mello.

―Matt, ¿por qué trabajas para Lawliet? Está claro que los licántropos tenéis un problema con los chupa sangre.

―¡Chupa sangre! ¿Sabes que adoro cuando los llamas así? ― dijo riendo.

―Oye, contéstame. No cambies de tema ― le tiró de la manga de la chaqueta, llamando su atención. Matt tenía la mirada perdida sobre Mello, que estaba vigilando una de las zonas de la sala.

―Lawliet ha matado a mucha gente, ¿lo sabías?

―No, no lo sabía. Pero no soy idiota. Puedo imaginármelo.

―Pudo haberme matado aquel día, pero no lo hizo. A pesar de todo.

―Menuda respuesta de mierda. ¿No puedes darme más detalles? Quiero saber.

―Eres muy chismoso. Mejor será que vayas poniéndote en pie ― hizo un gesto con la cabeza, sonriendo de medio lado ―. Aquí viene tu hombre. Nos vamos a casa.

Lawliet llegó hasta donde estaban, sonriendo cuando percibió el enfado y los celos de Light. Seguramente por la charla que había tenido con aquella mujer tan pesada que intentaba seducirlo en cada fiesta a la que asistía. Le acarició el cabello, haciendo que se sonrojase.

―¿Volvemos a casa? ― no esperó que asintiese, simplemente le agarró de la muñeca para ponerlo en pie. Lo abrazó contra su cuerpo, hundiendo el rostro en su cuello y clavando las uñas en su baja espalda ―. Te estás portando muy bien esta noche...

―No soy un perro. Vampiro idiota ― sus manos se posaron en la espalda de Lawliet, sin poder evitar cerrar los ojos por la anticipación de regresar de una maldita vez al apartamento.

Virgin Blood (+18) (AU Death Note L x Light / Vampiros / Licántropos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora