18. El dulce y sabroso Lucian.

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Lawliet tuvo que sufrir durante toda la semana las quejas de Near. El albino era el único que conocía de primera mano sus planes con Light. Lo de llevarlo a un club ilegal para que probase sangre directamente del cuello de un pobre humano le parecía una auténtica locura.

Al vampiro le habría gustado ser más fuerte, no sucumbir ante esas pupilas color miel que se coloreaban de rojo cuando Light se relamía los labios preso del deseo y la lujuria. El chico sabía como convencerlo, mostrándose sensual y sumiso para conseguir su propósito. Era difícil cuando el japonés ya podía controlar a su antojo parte de su poder persuasivo. Aprendía muy rápido.

Matt y Mello no pasaron por alto que su jefe planeaba algo importante, pues se pasaba el día de un lado a otro, haciendo llamadas telefónicas y concertando citas de negocios. No quisieron darle importancia hasta que el pelirrojo escuchó una conversación privada entre Near y Light donde el más pequeño le advertía del peligro que corría si seguían adelante con la visita al club nocturno. No quiso inmiscuir a su rubio en esto pero Mello lo conocía muy bien. Ambos intentaron hacer que su jefe entrase en razón, pero fue inútil. Lawliet ya había tomado su decisión.

Le costó dinero y tratos de negocios futuros el conseguir que parte del local fuese reservado a su gusto, tan solo con el mortal que Light escogería al llegar allí y por el que pagarían una inmensa cantidad de dólares para disfrutar de su sangre caliente. El club únicamente exigía un control absoluto del cliente; la responsabilidad recaía sobre Lawliet así como la discreción que se requería para que todo el proceso pudiese llevarse a cabo. Algo sencillo, ¿verdad? Lawliet así lo pensaba.



Mirándose al espejo, sonrió y colocó sobre el cuello de su camisa una corbata color granate, cambiándola finalmente por una en color negro. El tejido suave acarició su piel y mientras la anudaba, se relamió los labios pensando en lo que le esperaba.

Aún no podía creer el haber sido capaz de convencer a su vampiro. Lawliet siempre había sido muy estricto con todo lo referente a ese tema, pero Light pensaba que si no mordía el cuello de algún mortal se volvería completamente loco. Solo de imaginar la sangre caliente deslizándose hasta su garganta...

―¿Estás preparado?

Desvió la mirada, encontrándose con los ojos oscuros de Lawliet mirándolo fijamente desde la puerta del dormitorio. Noir y Nieve dormitaban sobre la cama, enroscados uno con el otro. Los mininos abrieron un poco los ojos y bufaron levemente ante la presencia del vampiro.

―Estoy listo ― contestó, poniéndose el abrigo y caminando hacia Lawliet. Descendió con las manos por todo el contorno de su estrecha cintura y le besó el mentón ―. Gracias por acceder a esto.

El vampiro lo sujetó por la muñeca, besando parte del dorso de su mano antes de abrazarlo contra su propio cuerpo. Hizo jadear al menor cuando succionó su piel, concentrándose en la zona más sensible de su cuello. Sus manos se afianzaron en la parte baja de su espalda, haciendo que se rozasen un poco más. ¿Cómo era posible que el aroma de Light, aún siendo vampiro, fuese más suculento que cuando era mortal?

―No me gustaría tener que tomar medidas ― siseó. Su tono de voz se volvió más frío de que de costumbre, a la par que de entre sus labios, la advertencia estaba más que clara ―. Harás lo que yo te diga, y te comportarás como te ordene.

―¡Ni que fuese un perro! ― rió Light, sobresaltándose cuando los dedos de Lawliet se afianzaron con saña en sus mejillas, inmovilizando su rostro.

―Podrías estar muerto al final de la noche. Así que no me obligues a ser el causante de eso ― dijo, expresando en voz alta el temor que sentía.

Virgin Blood (+18) (AU Death Note L x Light / Vampiros / Licántropos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora