15. Al borde del abismo.

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Hacía mucho tiempo que Elle Lawliet no sentía aquella angustia, cercana a esos sentimientos humanos que dejó siglos atrás.

Tras su visita a los señores vampiros encargados de velar por la igualdad entre razas, se dirigió hacia su apartamento. Había sido una semana difícil porque Light había estado enfermo con gripe y sin poder salir apenas de la cama, por lo que Lawliet terminaba horas antes su trabajo en la empresa para poder pasar el resto del día junto a su mortal.

No había querido informarlo demasiado de sus encuentros con los vampiros, que se habían encargado de advertirlo sobre los riesgos y consecuencias que conllevaría el transformar a Light en uno de ellos. Lawliet no quiso echarse atrás, porque había tomado una firme decisión. Aunque no admitiría en voz alta que a pesar de todo tenía miedo. Más de una vez se perdió en sus propios pensamientos, imaginando qué pasaría si convertir a Light no salía bien.

―¿Lo harás?

Entrecerró los ojos, recordando que Mello conducía el vehículo y como vampiro, estaba seguro de que habría estado percibiendo gran parte de su angustia.

―Si ― dijo con decisión, apoyando el brazo en el marco de la ventanilla. La ciudad y sus luces nocturnas dejaban estelas brillantes que le recordaban los largos paseos románticos que daba junto a Light. Sobre todo porque su mortal era muy insistente.

―¿Estás seguro? No quiero poner en duda tus decisiones, pero si no sale bien... ―susurró el rubio, aminorando la velocidad cuando entraron en la zona de edificios donde estaba el apartamento.

―Si no sale bien yo mismo me encargaré de todo.

Mello no quiso cuestionarlo más. Si Lawliet estaba convencido de hacerlo, era porque tenía la seguridad de que todo iría sobre ruedas.

Entraron en el edificio; Mello avisó mediante su teléfono móvil a Matt, que vigilaba el apartamento de Lawliet en su ausencia. Al menos parecía que la salud de Light había mejorado.

―Near estará arriba ― dijo Lawliet, atento a las dudas silenciosas del rubio, que se preguntaba si al menos habría alguien que pudiese ayudar si el asunto se complicaba.

―Bien ― dijo, saliendo del ascensor cuando este se abrió dando paso a la entrada del apartamento. La más que familiar voz robótica que les daba la bienvenida, hizo que suspirase ―. Voy a buscar al chucho y nos vamos.

Asintiendo, Lawliet dejó su abrigo en el recibidor para caminar directo hacia una de las salas de estar que se situaban en su zona privada. Beyond había estado inquieto, con una sed de sangre más intensa que de costumbre, por lo que la vigilancia en casa había sido mucho mayor. Al escuchar la voz de Near, abrió despacio la puerta de la sala y sonrió un poco.

Light estaba en pijama, con Noir y Nieve en el regazo durmiendo plácidamente. Los acariciaba con cariño mientras veía la televisión; Near se movía de un lado a otro recogiendo los pañuelos de papel y los cuencos de sopa vacíos que había esparcidos por allí.

―¿Cómo te encuentras? ― preguntó, mirando de reojo a Near y agradeciendo que el albino no necesitase más señales para dejarlos a solas.

El mortal se sonrojó porque a su parecer debía de tener un aspecto muy cuestionable. Había optado por un su peor pijama, uno de esos peluditos e infantiles en color crema con unos calcetines gruesos de invierno y una manta que cubría casi todo su cuerpo. Los gatos se removieron, bostezando y mirando al vampiro fijamente. A pesar de que ya no bufaban o se mostraban agresivos con Lawliet, solían sobre proteger a Light en su presencia.

―Yo... estoy mejor― dijo, intentando mantenerse orgulloso pese a su aspecto.

―Estás adorable.

Virgin Blood (+18) (AU Death Note L x Light / Vampiros / Licántropos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora